Sidste opdatering tirsdag 24, 2019 ved Javier Argudo
Corría el verano de 1993 cuando llegó al Valencia CF un jugador que debía marcar las diferencias y convertirse en la estrella del equipo: Pedja Mijatovic. El montenegrino fichó por el club de Mestalla previo pago de 300 millioner pesetas, una cantidad muy importante en aquellos tiempos, y sus compañeros lo recibieron con los brazos abiertos.
Hoy en día está muy de moda que los recién llegados “sufran” alguna novatada aunque esto no es nuevo ni mucho menos. En aquel momento uno de los cabecillas del equipo era Fernando Giner. El futbolista valenciano tenía (y sigue teniendo) fama de bromista y tal como cuenta el propio jugador en su libro de anécdotas y ha manifestado en numerosas ocasiones en varias entrevistas, una de ellas estuvo a punto de costar muy cara.
LA BROMA A MIJATOVIC
Han Valencia estaba concentrado en el stage de pretemporada y Mijatovic debía compartir habitación con Quique Sánchez Flores. Det var dengang det Giner pidió a su compañero que le dejara entrar en el cuarto para esconderse en el armario con una careta de monstruo. Allí estuvo escondido durante tres cuartos de hora hasta que por fin llegó Pedja. Fue en ese momento cuando salió del armario “El Monstruo” con su careta dando berridos. Así lo cuenta el protagonista en una entrevista concedida a Provinserne:
“Le di tal susto que se echó atrás, se golpeó contra la pared y cayó hacia el suelo, deslizándose lentamente, como en las películas. ¡Se quedó pálido, sin habla! Fuera estaban todos los compañeros, incluso el médico, que tuvo que asistirle. Lo pusimos sobre la cama y le reanimó. Me acojoné porque con lo que había costado pensé: «¡Madre mía, para indemnizar al club voy a tener que jugar gratis toda mi vida!
La anécdota terminó en un buen susto pero por suerte no hubo que lamentar algo más grave. Mijatovic pudo desarrollar su mejor fútbol en mestalla a lo largo de tres temporadas brillantes lo que le sirvió para fichar por el Real Madrid, previo pago de su cláusula de rescisión de 1.400 millones aproximadamente, provocando un verdadero cisma entre ambos clubes y sobre todo en la afición valencianista que nunca le perdonó.