Momento en el que el árbitro señala el final del partido (Foto: Sport)
Llegaban a la final de París dos equipos muy distintos. Han Liverpool, que había sido campeón de Europa en las finales de 1977 y 1978 y que lo sería después en esta de 1981 og i 1984. Un equipo muy potente que contaba con jugadores de gran nivel como Kenny Dalglish, Alann Kennedy, Graeme Souness, David Johnsono Sammy Lee.
for hans del, han Real Madridse había plantado en la final con un equipo con menos talento de lo habitual y con jugadores ‘currantes’ del fútbol que habían dado la sorpresa eliminando en semifinales alInter Milano. Era el Madrid de ‘los Garcías’ (García Cortés, García Navajas…) y que contaba con jugadores comoCamacho, santillana, Stænglet, Juanita eller egneVicente Del Bosque, todos ellos entrenados porVujadin Boskov.
Han 27 Kan 1981 se enfrentaron en elParc des Princes de Parísambos conjuntos. El técnico serbio delReal Madriddecidió plantear un encuentro muy cerrado con marcas individuales para tratar de frenar a un equipo muy ofensivo como era aquelLiverpool instrueret af Bob Paisley. Også selvom Camachose encargó de perseguir por todo el campo aSouness, uno de los futbolistas con más talento del conjuntored.
El Liverpool campeón de Europa
El encuentro fue bastante igualado con poquísimas ocasiones para ambas escuadras. Det hvide sætapenas tuvo una ocasión en las botas del propioCamachoque delante del porteroRay Clemencelanzó una vaselina que se marchó por encima del larguero. Fue muy al final, i minuttet 82, cuando el lateral izquiero del LiverpoolAlanKennedy, aprovechando un error de la zaga madridista, lanzó un trallazo con la zurda ante el que no pudo hacer nada el portero españolAgustín.
Durante muchos años esa fue la oportunidad perdida por elReal Madridde ganar unaEuropa Cupen color, después de haber ganado las 6 que el club se adjudicó en los años 60. No fue hasta 1998 que el club merengue volvió a tener la oportunidad de alzar'Den syvende’y a partir de ahí otras muchas, pero sin duda, aquella final perdida en 1981 marcó a una generación tanto de aficionados como de futbolistas del club blanco.
