Sidste opdatering august 5, 2020 ved Javier Argudo
Paulo Futre es uno de los grandes ídolos de la afición del Atletico Madrid. El futbolista portugués, que venía de ganar la Copa de Europa con el Oporto y de ser nombrado Balon de Plata, fue la gran promesa electoral de Jesus Gil que se hizo con la presidencia del club colchonero en 1987.
El jugador luso hizo las delicias de la afición rojiblanca durante 6 temporadas en las que fue el auténtico ídolo de la grada. Imidlertid, tal y como el propio Paulo Futre cuenta en una entrevista el diario Optage, hubo algún episodio desagradable con el presidente.
I sæsonen 1990-1991, han Atletico Madrid llegó a la última jornada de Liga sin jugarse nada. El equipo del Manzanares era segundo clasificado sin poder aspirar al título y sin poder ser alcanzado por ninguno de sus perseguidores. Helt modsat af RCD Espanyol, que se jugaba, hverken mere eller mindre, que la permanencia un año más en Primera División.
Paulo Futre: “Me negué a jugar aquel partido. Es la única vez que me ha pasado algo así”
Det var dengang det, siempre según palabras de Fremtid, el presidente del Atlético, Jesus Gil, le pidió que perdieran el último partido en Sarria: “Estábamos en el hotel en Barcelona. El presi me llamó y me dijo que no podíamos ganar ese partido. Que le dijera a los compañeros que no corrieran. Yo me negué y le dije que fuera él a decírselo. Es la única vez que me ha pasado esto”. Faktisk, Paulo Futre, que no sufría ningún tipo de lesión, no jugó aquel partido.
Ante la negativa del portugués, el propio presidente atlético tuvo que bajar al vestuario. Siempre según las palabras de Fremtid, Jesus Gil amenazó a sus jugadores con despedirlos si no perdían aquel choque.
El resultado final fue de victoria perica por 3-1. Dermed, han Espanyol lograba la permanencia y mandaba a la promoción al Ægte Zaragoza que perdió en Cadiz. Descendían de forma directa Castellon y Rigtig Betis. Los maños, Ja bestemt, consiguieron seguir en Primera después de eliminar en dicha promoción al Rigtig Murcia (0-0 y 5-2).
Como suele pasar en estos casos, los hechos nunca han sido demostrados. El acuerdo entre ambos presidentes consistía en que el Atlético perdiera aquel partido y, a cambio, el Espanyol dejara marchar a Luis Aragones, técnico perico durante esa temporada, al conjunto colchonero, som det var.