Azken eguneratzea uztailean 26, 2020 arabera Javier Argudo
Zenbakia 10 en el fútbol es algo más que un dorsal. Historian zehar, las grandes estrellas han elegido este número para lucir en su camiseta. Hala ere, este hecho tiene un origen y una explicación que tiene mucho que ver con el puro azar.
No fue hasta el Mundial de Brasil 1950 cuando los futbolistas comenzaron a lucir dorsales en sus camisetas, ren 1 al 11 los titulares. Lau urte geroago, en el campeonato del mundo de Suiza 1954, los jugadores ya tenían un dorsal fijo asignado durante todo el torneo.
In Suedia 1958 sucedió un hecho que cambió para siempre la historia del zenbakia 10. Brasil envió el listado de futbolistas convocados a la FIFA pero por un despiste, no facilitó los dorsales que llevaría cada jugador. Horregatik, Lorenzo Villizio, un uruguayo que formaba parte del del Comité Organizador de la Federación Internacional, asignó al azar un dorsal a cada uno de los convocados brasileños.
Izan ere, al portero de Brasil le fue asignado el número 3, mientras que un jovencísimo futbolista de tan sólo 17 urteak, que viajaba como suplente, recibió zenbakia 10. Zure izena: Edson Arantes do Nascimento, izenez ezagunagoa Azala.
Aquel joven jugador se convirtió en la auténtica revelación del campeonato y maravilló al mundo entero. Brasil se coronó campeón de un Mundial por primera vez en su historia y Azala, que efectivamente comenzó como suplente, ohartzen naiz 6 helburuak (únicamente superado por el francés Fontaine besterik ez que marcó, ez gehiago ez gutxiago, zer 13 helburuak).
Horrela, zenbakia 10 comenzó a adquirir un aura de misticismo en la camiseta de Azala. El brasileño se labró una carrera llena de éxitos tanto a nivel de clubes, nirekin Santos lo ganó todo, como con la selección. Gaur, ‘O Rei’ sigue siendo el único futbolista que ha ganado tres Mundiales y está considerado por muchos el mejor jugador de la historia.
Urteetan zehar, otros cracks han heredado el ’10’ de Pelé. Maradona, Zico, Platinozkoa, Ronaldinho, Zidane, Messi… la lista es interminable. Lo curioso del asunto es que este dorsal tan emblemático, oso litekeena da, adquirió todo su misticismo gracias a una mera casualidad en aquella Copa del Mundo celebrada en Suecia en 1958.