Azken eguneratzea iraila 15, 2020 arabera Javier Argudo
Para el equipo de FUTBOLRETRO.ES es un verdadero honor poder entrevistar a una de las grandes estrellas del fútbol europeo. Paulo Futre, no sólo es un auténtico ídolo para la afición del Atlético de Madrid, con el que levantó dos Copas del Rey, también significa mucho para todos los que conocimos el fútbol a finales de los 80 eta goiz 90.
In 1987 gana usted la Copa de Europa con el Oporto y es nombrado Balón de Plata por detrás de Ruud Gullit. ¿Cree que mereció el de Oro?
Aquel año fui muy importante para la conquista de la Champions con aquel histórico FC Porto que derrotó al Bayern de Munich en la final de Viena. También jugué un papel importante en el Atleti desde mi fichaje en verano. En aquellos meses antes de las elecciones vencimos al Barça en el Camp Nou, Real Madrilen 0-4 en el Bernabéu… Gullit era un fenómeno pero no estaba entre los favoritos para el premio. Aquella temporada sólo había ganado la Liga holandesa con el PSV. Pero en verano fichó por el todopoderoso AC Milan de Berlusconi. Creo que hasta los merengues, que me odiaban de aquel 0-4, me habrían dado el premio a mí. Se comentó mucho en la época lo raro que fue que el campeón de la Liga holandesa le ganase el premio al campeón de la Copa de Europa.
¿Cómo fue el fichaje de Futre por el Atlético? ¿Qué le dijo Jesús Gil para convencerle?
Tras ganar la Champions, ese verano no exagero al decir que era el jugador más deseado del momento. Prácticamente había una subasta por mí entre los grandes tiburones. Estaba casi todo hecho para irme al Milango Inter cuando apareció en escena Jesús Gil rompiendo la banca y haciendo una oferta que, besterik gabe, no podía rechazar (sueldo, casa con piscina, coche…). Ni yo ni nadie en el mundo que se haya criado en la pobreza. Gainera, era una situación anómala porque no fichaba por un club sino por un presidente. Yo era su promesa electoral. Accedí a ir con él, pero cuando aterrizamos en Madrid le exigí que me diese el coche que me había prometido. Que o me lo daba ya mismo o me iba para Portugal. Recuerdo pensar: “No vaya a ser que luego no gane las elecciones… por lo menos tengo un coche y equipos no me faltarán”. Fuimos a un concesionario de alta gama y el único coche disponible era… ¡Un Porsche amarillo! Nunca había visto un deportivo amarillo, me parecía rarísimo. El gran Pinto da Costa, presidente del Oporto, con miedo a que me echara para atrás en el acuerdo por no gustarme el coche me dijo: “Oh, Paulinho, ¡qué coche más guapo! Y así es como acabé en la discoteca Jácara de reclamo electoral y empezó mi historia de amor con el club de mi vida.
Hablando de Jesús Gil. ¿Qué opinión tiene sobre él como persona y como dirigente del Atlético?
Nuestra relación trascendía la de presidente-jugador: era la de un padre e hijo, con todo lo que ello implica. Por muchas guerras que tuviéramos, le quería como un padre y él a mí como un hijo. Como dirigente le faltó paciencia, no sé ni cuantos entrenadores llegué a tener, creo que una vez llegamos a tener 3 o 4 técnicos diferentes en una misma temporada. Me da pena que no tuviera la oportunidad de tener un entrenador con un proyecto estable, seguro que habríamos conseguido grandes cosas.
In 1992 gana la Copa del Rey con el Atlético de Madrid con Luis Aragonés en el banquillo. ¿Cómo era Luis como entrenador y como persona?
Si preguntáramos a los grandes cracks mundiales que entrenó Luis, estoy seguro que todos ellos estarán de acuerdo conmigo al afirmar que era el mejor motivador que han conocido. Es exagerado decir que fue el mejor entrenador de la historia, pero no lo es decir que fue el mejor motivador. Te podría recordar mil anécdotas de él, cuando me despertaba de madrugada para motivarme para los partidos, como en la final de la Copa 92, o contra el Real Oviedo con el caso de Gorriaran. Mentalmente él conseguía que empezara a jugar el partido mucho antes de saltar al campo.
Ahora parece tener una buena relación con Paco Buyo, pero llegaron a ser más que enemigos. ¿Qué recuerda de aquellos partidos contra él y contra el Real Madrid?
Tengo muy buena relación con mi querido Paco Buyo y si lee estas líneas le mando un fuerte abrazo. La vida da muchas vueltas. En su día la enemistad era real, no nos podíamos ver ni dentro ni fuera del campo. El deshielo empezó mucho después de la retirada, cuando coincidimos como comentaristas en una televisión. He contado muchas veces como, inspirado por Rocky, ponía una foto suya en el baño varios días antes de un derbi para ir mentalizándome. Me cuesta imaginar que los jugadores de la actualidad hagan algo así.
¿Qué se siente al ser ídolo de una afición tan fiel y tan pasional como la del Atlético de Madrid?
Han pasado muchos años desde que me retiré pero el cariño y el amor sigue estando ahí, es increíble. Siempre me han dicho que habría ganado más de un Balón de Oro y muchos más títulos si hubiese jugado en otros equipos. Y puede ser verdad. Pero no lo cambiaría por el cariño que la gente me sigue teniendo. Lo que más ilusión me hace es cuando leo en las redes sociales a chavales que nunca me vieron jugar “Me habría encantado nacer antes para poder verte jugar”. Frases como esas no tienen precio.
¿Cree usted que la afición del Atlético de Madrid es la mejor de España?
Ez. Creo que es la mejor del mundo.
¿Quiénes son los mejores jugadores que ha tenido como compañeros y como rivales?
Como compañeros coincidí con el Dios Maradona en los partidos de la “Selección del Mundo” que organizaba la FIFA entonces. ¡Qué pena que ya no se organicen! Recuerdo una vez que el trío de ataque fuimos Maradona -Futre – Platini y Maradona – Van Basten – Futre. ¿Cuánto valdría ese trío hoy en día? Quitando esos partidos de All-Star, el mejor compañero que tuve sin duda alguna fue Rabah Madjer. El jugador más completo e impresionante que he visto en todos los aspectos. Respecto a rival, lo tengo claro: Chendo. El rival que más admiré. Era noble, rápido, con talento, inteligente. En una época de defensas “asesinos”, él era un caballero. Fue un honor enfrentarme a él.
¿Crees que el fútbol de antes era mejor que el actual?
No puedo decir que fuese mejor porque los tiempos cambian y es normal que idealicemos el pasado. Pero sí, es inevitable pensar que se ha perdido mucha magia en favor del espectáculo y el negocio. También se ha ganado muchas cosas, como que los jugadores estén mucho más protegidos por las lesiones, los terrenos de juego estén bien cuidados, etab. Garaiak aldatzen dira, ahora mismo ni siquiera tenemos aficionados en las gradas, hay parones para beber agua, cinco cambios. Cosas impensables. Garaiak aldatzen dira. Lo bueno es que el fútbol siempre seguirá ahí.