Azken eguneratzea otsailean 16, 2020 arabera Javier Argudo
Kamisetak, como el mayor símbolo identificativo de un club, son casi sagradas para sus aficionados, por más que el merchandising meta sus manos en ellas y convierta los históricos diseños en algo reservado para amantes de lo tradicional. Fiorentinaren kamiseta ez da salbuespena. Hoy hablaremos del curioso origen de su color ‘viola’.
En los primeros años de vida de los equipos, berak Athletic Club edo Atletico Madril pasaron de lucir las camisetas blanquiazules a las rojiblancas porque Juan Elorduy no las encontró en una visita a Inglaterra, con el propósito de traer medio centenar de las usadas por ambos clubes (las del Blackburn Rovers) y acabó comprando unas rojiblancas del Southampton, en el puerto de esa ciudad poco antes de embarcar de vuelta a Bilbao. Mejor rojiblancas que volver sin ellas, debió pensar. Horrela, bi klubak, pasaron a vestir de rojiblanco en 1910.
Pero en el caso de la camiseta de la Fiorentina la casualidad y la mala calidad del tinte de las prendas fueron determinantes para que el club use los colores que hoy le son ya tradicionales. O, gutxienez, eso cuenta la historia oficiosa del equipo de la Toscana. En el fútbol no sucede como tradicionalmente se hacía en el rugby, donde el capitán del equipo entregaba, en una suerte de ritual, las camisetas a cada jugador antes de cada partido, en el mismo vestuario, y los propios jugadores tenían la obligación de devolverlas lavadas por ellos mismo, en idéntico o mejor estado del que se las habían dado.
La primera camiseta de la Fiorentina era rojiblanca
Ez, desde sus inicios, el fútbol contó con utilleros, o “hinchadores” como se les llamaba en algunas zonas de sudámerica, por su labor de hinchado de las pelotas (no se entienda esto en sentido peyorativo) para entrenamientos y partidos. En el caso de la Fiore, su uniforme fundacional en 1926 fue rojiblanco, primero mitad roja y mitad blanca (los colores del escudo de la ciudad y que eran coincidentes, gainera, con los colores de los dos primeros clubes de fútbol habidos en Florencia, uno vestía de rojo y otro de blanco, y como resultado de su fusión surgió el predecesor de la actual Fiore, vistiendo de rojiblanco).
Pronto cambiaron de la zamarra cuarteada a la camiseta tradicional rayada rojiblanca (como la de los referidos Athletic Club o Atletico Madril de hoy en día), al resultarles más sencillo conseguir este modelo. In 1929 la Fiore, como la práctica totalidad de los clubes, tenía un utillero, del que poco más que su nombre se sabe, Luigi, y era la esposa de éste la que, al finalizar los partidos, se responsabilizaba de dejar la ropa de los futbolistas impoluta, y lo hacía en un lavadero público situado a orillas del río Arno.
Según diversas fuentes, y es algo aceptado por la afición de la Fiore, pasando a formar parte de la historia oficiosa del club, la mala calidad de las camisetas adquiridas ese año hicieron que, al lavarlas, el color rojo destiñera, perdiendo su tonalidad y ocupando el del blanco, quedando las mismas de un color violeta-rosáceo, que con los siguientes lavados se fue uniendo cada vez más, hasta convertirse en unas camisetas violetas.
Beraz, y a falta de otro juego de elásticas, se presentaron, con las camisetas desteñidas a disputar el 22 iraila 1929 un partido contra la Erroma, estadioan Via Bellini, que terminó con victoria para los de la capital por 3 a 1. Al término de la temporada, la identificación con el color “viola” era absoluta y, gainera, les convertía en un club con un uniforme único y sumamente original, que ningún otro club italiano vestía. Y así continuaron usándola hasta nuestros días, siendo la Fiore el equipo “viola” por excelencia del fútbol europeo.