Azken eguneratzea uztailean 17, 2020 arabera Javier Argudo
Iparraldeko Korea acudió a un Mundial por primera vez en su historia en el año 1966. La selección norcoreana era, bistan da, la gran ‘cenicienta’ de aquella edición celebrada en Inglaterra. Ez alferrik, que el combinado asiático saliera campeón de la Copa del Mundo se pagaba 1000 a 1 en las principales casas de apuestas británicas.
Para acceder a aquella fase final de 16 ekipamendua, Iparraldeko Korea tuvo que jugar una eliminatoria a ida y vuelta contra Australia. Los asiáticos vencieron bien, 6-1 y 1-3 hurrenez hurren. bai, hain zuzen, se beneficiaron de la renuncia de los equipos africanos, que veían injusto el formato de clasificación, así como de otros países de Ásia y Oceanía.
Horrela, 22 futbolistas norcoreanos, en su mayoría militares de distinto rango, representaron a su país en el octavo Mundial de la historia. Su única exigencia era, en la medida de lo posible, no hacer el ridículo y, a poder ser, empatar o ganar algún partido de la primera fase. The SESB, Italia y Txile serían sus rivales en el Grupo D.
Aunque nunca se ha reconocido de forma oficial, se dice que en aquel Ingalaterrako Munduko Kopa, únicamente sonaron los himnos en el partido inaugural, que enfrentó a los anfitriones con Uruguay, así como en la final para evitar la canción patria de Iparraldeko Korea, un país al que los ingleses aún no reconocían diplomáticamente.
Izan bedi, los norcoreanos cayeron en su primera partido contra la Sobietar Batasuna que demostró una gran superioridad. El marcador fue de lo más contundente (3-0). Los pronósticos de las bookies, de momento, se cumplían.
La primera sorpresa llegó en el segundo choque. Txile vencía por 1-0 su partido contra Iparraldeko Korea que necesitaba, como mínimo, un empate si no quería hacer las maletas a las primeras de cambio. El pequeño milagro llegó a solo dos minutos del final en forma de gol de Pak Seung-zin. El empate, mantenía vivas las esperanzas de clasificación.
Fue entonces cuando llegó el gran ‘bombazo’ del torneo y una de las más grandes sorpresas de la historia de la competición. En el tercer partido, Italia parecía un hueso demasiado duro para los asiáticos. Hala ere, gola bat Pak Doo-Ik (que por aquel entonces era cabo), fue suficiente para vencer al equipo de los Rivera, Mazzolla eta konpainia. Como dato interesante decir que el autor del tanto de la victoria fue ascendido a sargento.
La hinchada inglesa, que desde el inicio había simpatizado con aquella selección, celebró por todo lo alto su gran gesta. En la grada, besterik gabe 12 aficionados norcoreanos que habían viajado gracias a un concurso celebrado en su país, no daban crédito a lo que estaban viviendo.
Aquella victoria sorprendió a todo el mundo, incluido a la propia expedición de Iparraldeko Korea que ya tenía comprados los billetes de vuelta a casa y tuvo que cambiarlos. Gainera, tuvieron problemas para encontrar un sitio donde hospedarse y terminaron en un convento. Todo lo contrario ocurrió con Italia que fue recibida en el aeropuerto por la prensa y sus aficionados a tomatazos (literalki).
La derrota fue tan humillante que los italianos llegaron a afirmar que sus rivales, aprovechando el gran parecido de todos sus futbolistas, hacían 11 cambios en el descanso para estar más frescos, por ese motivo corrían tanto y no les afectaba el cansancio. Bistan da, este hecho nunca fue probado ni tan siquiera investigado por la FIFA.
Así llegamos a los cuartos de final en los que Iparraldeko Korea debía verse las caras ante la Portugal de Eusebio. El cuento de hadas parecía no tener fin cuando los asiáticos lograban un más que sorprendente 3-0 en apenas media hora. Con ese marcador se llegó al descanso. Bigarren zatian, los lusos ponían las cosas en su sitio con una tremenda remontada (3-5) con cuatro goles de su gran estrella, ‘La Pantera Negra’. Una de dos, o lo de los 11 cambios en el descanso es una leyenda urbana, o los 11 que jugaron la segunda parte eran mucho peores que los de la primera.
‘Los 22 soldados’ regresaban así a su país donde fueron recibidos por todo lo alto. Iparraldeko Korea se convirtió en el primer país asiático que pasaba a la segunda fase de una Copa del Mundo. Hubo que esperar muchos años, en concreto hasta 2010, para volver a ver a la selección norcoreana en un Mundial. En esa edición, finalizaron en último lugar, nada que ver con lo conseguido en aquel histórico 1966.