Azken eguneratzea abuztuan 1, 2023 arabera colgadosforelfutbol
Berak Mundial de México ’70 fue para muchos el del gran cambio en el mundo del fútbol. El de las imágenes en color, el que contó, baliteke, kon historiako aukerarik onena (Brasil) pero además, el que albergó uno de los mejores partidos de la historia de esta competición bautizado como ‘el partido del siglo’.
Berak 17 de junio se dieron cita en el Azteken estadioa las selecciones de Italia y Mendebaldeko Alemania baino gehiago 100.000 espectadores en las gradas. Eran las semifinales de la Copa del Mundo por lo que el ganador tendría la opción de proclamarse campeón.
Mendeko partida: El catenaccio vs la máquina italiana
Los italianos llegaban al choque después de haber cuajado una fase de grupos en la que habían logrado el primer puesto marcando únicamente un gol (victoria por 1-0 frente a Suecia). bai, hain zuzen, en estos primeros tres partidos no encajaron (0-0 ante Uruguay y de nuevo empate sin goles contra Israel). Berak torlojua era el estilo de juego del equipo dirigido por Ferrucio Valcareggi.
Hala ere, Italia se destapó en los cuartos de final al vencer por un contundente 4-1 al anfitrión, Mexiko, bi golekin Riva, horietako bat Rivera eta beste bat Guzman en propia puerta. Los mexicanos lograron adelantarse en el marcador pero la selección azurra le dio vuelta en la segunda parte.
bere aldetik, los alemanes habían sufrido ya un partido con mucho desgaste en los cuartos contra Ingalaterra teniendo que recurrir a la prórroga. Los ingleses se adelantaron en el marcador con dos goles de Mullery y Peters. pelbis eraikitzailea y Seeler forzaron con dos tantos el tiempo extra. Azkenik, Mendebaldeko Alemania consiguió un resultado favorable de 3-2 gracias al gol de Gerd Müller.
Mucho más convincente fue el combinado germano en la fase de grupos donde consiguió tres victorias en tres partidos contra Marruecos (2-1), Bulgaria (5-2) y Peru (3-1). Orain, en las semifinales, las espadas estaban en todo lo alto con un equipo que sometía a sus rivales como una máquina a base de empuje contra otro que defendía con muchos futbolistas y era capaz de rentabilizar al máximo sus goles.
El partido comenzó de la mejor manera para Italia que cobró ventaja en el marcador a los 8 minutos de juego merced a un gol de Boninsegna. Hortik, los italianos se replegaron y defendieron el resultado mientras que los alemanes buscaron el empate durante todo el partido, algo que no lograron hasta el minuto 90 gracias al gol de Schnellinger.
La prórroga más emocionante de la historia
Beste behin, la máquina alemana que nunca se rinde lograba su objetivo. Es aquí cuando las piernas de unos y otros empezaban a pesar. El esfuerzo italiano por aguantar el 1-0 y el duro golpe de recibir el empate en el último minuto se notó de inmediato en una prórroga de locura que tuvo, ez gehiago ez gutxiago, zer 5 helburuak. Algo nunca visto en la historia de los mundiales. Bitartean, llegaban noticias desde Guadalajara, Brasil había derrotado por 3-1 a Uruguai y esperaba rival en la final.
Alemania marcaba el 2-1 ren bitartekaritzaren bitartez Müller du 4 minutos de iniciarse el tiempo extra. Italia parecía acusar el golpe anímico y por momentos parecía estar fuera del partido pero Burgnich en el 98′ y Riva en el 104′ volvían a poner a los italianos por delante. Kon 3-2 para la selección azurra se llegaba al intercambio de campo.
Con todos los cambios realizados, alemaniarra pelbis eraikitzailea se dislocó el hombro por lo que tuvo que seguir jugando con un aparatoso vendaje. Su imagen pasó a la historia añadiendo épica a este partido del siglo. Nuevamente el asedio alemán sobre la portería de un notable Albertosi tuvo su recompensa en el 110′ por mediación, Noski, de Gerd Müller que ponía de nuevo las tablas en el marcador (3-3).
Faltaban 10 minutos para el final y los futbolistas estaban totalmente extenuados. La altura de Ciudad de México (2.000 metros), el cansancio acumulado por ambas escuadras y el minuto en el que nos encontrábamos hacía pensar que el pase debería resolverse en la tanda de penaltis. Pero no fue así.
Nada más sacar Italia del centro del campo después del empate de Müller, una galopada por banda izquierda de Boninsegna acabó en un centro que remató al fondo de la red totalmente libre de marca Rivera. Horrela, los italianos hacían el 4-3 que sería definitivo en un partido loco que pasó a la historia del fútbol para siempre.
Por desgracia para los italianos, la energía y el esfuerzo empleados en este partido les pasó factura en la final donde la Brasil de Pelé y compañía no tuvo piedad de su rival al que le endosó un contundente 4-1 alzándose con un nuevo título de campeón del mundo.