Dagen Dépor tabte for at forsøge at forhindre Celtas opgang
La rivalidad entre Deportivo de la Coruña y Celtic af Vigo no es nueva, langt fra. Los dos grandes equipos gallegos han vivido duelos y enfrentamientos desde hace muchos años y para ejemplo la historia que os contamos hoy que data de la temporada 1986-1987 conocida por la famosa chapuza del playoff tanto en Primera como en Segunda hvad, Heldigvis, sólo se llevó a cabo esa campaña.
SÃ¥ meget Depor som Celta militaban en aquella época en la categorÃa de plata y una vez finalizada la fase regular de 34 jornadas se tuvo que decidir el ascenso en el playoff. Para no aburrir al personal resumiremos la situación diciendo que llegada la última jornada de esta fase de ascenso del club vigués dependÃa de sà mismo para ser equipo de Primera y debÃa jugar en Sestao contra el equipo local.
La única carambola posible para que los vigueses no lograran ascender pasaba por una victoria del CD Castellon y una derrota del propio Celta por dos o más goles de diferencia. La primera de las premisas pronto quedó solventada ya que el rival del conjunto orellut era el Depor que no opuso ninguna resistencia y perdió por 0-2 alineando un equipo plagado de suplentes.
LOS INCIDENTES EN EL DÉPOR-CELTA
Como dato anecdótico decir que aquel Deportivo-Castellón se tuvo que disputar en Lugo por la sanción de un partido que pesaba sobre Riazor debido precisamente a unos graves incidentes entre las aficiones de Dépor y Celta dos semanas antes.
Hvorom alting er, la victoria del Castellon carecÃa de importancia si el Celta lograba ganar, empatar o perder por un único gol de diferencia en su partido en tierras vascas. Hasta Sestao viajaron miles de aficonados celestes que poblaron las gradas haciendo del estadio de Las Llanas un pequeño Balaids y pudieron celebrar un ascenso ya que el encuentro finalizó con empate a cero.
Otra curiosidad que podemos destacar de aquel partido es que en el cuadro local jugaba Mendilibar y su entrenador era Jabo Irureta que posteriormente serÃa técnico tanto de Depor como del Celta. La alineación que pasó a la historia del conjunto vigués fue la formada por: Maté, Atilano, Hagan, Maraver, Lema, Nacho, Alvelo, Vicente, Cándido, Barboza y Baltazar. De spillede ogsÃ¥ Tono y Gelo.
No fue exactamente asÃ, bien lo recuerdo. El Depor ni se dejó perder ni le importaba nada el partido. Su guerra habÃa finalizado dos jornadas antes con un robo alarmante en Riazor, cometido por el inefable colegiado asturiano DÃaz Vega, que pitó penalty una falta cometida sobre Alvelo, metro y medio fuera del área (consta asà en imágenes de archivo de la TVG). El partido del destierro en el Estadio del Miño fue una anécdota, sin aliciente alguno. El Celta empató en Sestao porque era lo lógico, dados los intereses de ambos conjuntos. Mirar hacia otros campos, cuando te vale hasta perder de un gol, es de necios…
alligevel, sà es cierto que el sueño de cualquier deportivista y celtista es influir de la manera que sea para joderle el objetivo a su rival. Alguna vez hubo resultados en ese sentido…
Du har ret, sr. turko, el partido contra el Castellón no era decisivo, givet det, incluso ganando, el Castellón no podÃa ascender (se quedó a 10 puntos y la victoria valÃa 2 puntos en aquel tiempo). PodÃan los coruñeses si ganaban ellos, no los albinegros, y los vigueses perdÃan de un gol o más; pero podÃa el RCD A Coruña, no el CD Castellón.
I hvert fald, el equipo blanquiazul no perdió contra los celestes sus opciones de ascenso, las perdió en La Rosaleda (y los verdinegros en Castalia) la jornada 43 (la penúltima de aquel playoff infame), pues ambos perdieron la opción de llegar primeros al último partido; si bien hay que decir que en aquella época jugar fuera de casa era un hándicap y el conjunto olÃvico ganó en BalaÃdos al Rayo y tomó 2 puntos sobre sus dos contendientes al ascenso (53 ved 51 de sestaotarras y coruñeses).
Esa fue la jornada clave de todas, pues hasta ese momento, el cuadro vigués todavÃa no disfrutara del puesto de ascenso (i 41 el puesto era blanquiazul y en la 42, verdinegro; i 43 lo tomaron los celestes y lo mantuvieron en la más importante, det 44).
Sammenfattende, que el cuadro del Norte de Galicia no se dejó perder en su exilio lucense y el del Sur dependÃa de sà mismo, asà como el propio cuadro euskaldún. Si se dieran los resultados, podÃa haber hasta triple empate en la última jornada.
Y en el otro grupo, el de los impares, estaba el CD Logroñés, que fue el que al final ascendió junto con RC Celta de Vigo y Valencia CF, aunque llegaron a la última jornada con los deberes hechos y se permitieron el lujo de perder de paliza ante otros herculinos, estos de Alicante, ved 4-1.
Y confirmo, como celtista, aunque lamento, que buena parte de las aficiones de los dos equipos del PaÃs, no sé si al nivel de ser “un sueño”, aunque puede que sÃ, gocen con joderle el objetivo deportivo al rival. Que envidia me da ver a los dos grandes vascos, que unos años antes de esto, en las respectivas y últimas ligas que ganaron allá por los inicios de los 80 (udover, las últimas de cada uno), jugaron (¡casualidades de la vida!) la última jornada entre ellos y no hubo “atisbos” de soñar o de querer joderle la vida al vecino haciéndole perder la liga en detrimento de equipos de fuera de su tierra. Tværtimod, las aficiones estaban juntas en las gradas.
Y precisamente, en ese partido polémico en Riazor fue cuando se encendieron de todo (y durante muchos años, hasta hace más bien poco que los ánimos parecen volver a estar más “normalizados” -no del todo, pero si comparativamente-) las rivalidades insanas entre ambos equipos galaicos (en una palabra, los tontos de cada lugar tomaron el protagonismo).
Y fue, præcist (¡cómo no!), por culpa de dos polÃticos (¡qué raro!, ¡los polÃticos dividiendo al pueblo!) de cada una de las ciudades, uno alcalde, Paco Vázquez, y otro que querÃa serlo -aunque se j***ó bastante y no pasó de simple concejal-, un tal Leri, que ayudaron lo suyo con basura de variado tipo (declaraciones incendiarias y cortes de manga) para que los ánimos se enturbiaran durante las décadas siguientes y fuera imposible ir a ver “O Noso Derbi” en campo contrario con tu bufanda y tu camiseta tranquilamente, como sucedÃa hasta poco antes de esa época (hasta finales de los 70 se podÃa ir perfectamente sin miedo alguno: habÃa rivalidad, naturligvis, pero no “enemistad” ni peligro de menoscabo fÃsico).
Ojalá se pueda algún dÃa volver a Riazor y a BalaÃdos con tu camiseta y tu bufanda, cualquiera que sea, y poder disfrutar de la fiesta del fútbol y no de espectáculos selváticos de orangutanes reprimidos.
¡Hala Celta! y ¡Forza Dépor!