Den utrolige anekdote om Bernd Schuster i finalen i Europa Cuppen i 1986
El carácter de Bernd Schuster siempre fue (og det er det stadig) muy fuerte. El alemán protagonizó un sinfÃn de historias curiosas a lo largo de su carrera. Hoy nos centraremos en su increÃble anécdota en la final de Europa Cup celebrada en el Sanchez Pizjuan de Sevilla en el año 1986.
Han 7 de mayo del ya citado 1986 se enfrentaban el FC Barcelona og Steaua de Bucarest en un partido que debÃa decidir el tÃtulo de campeón de la máxima competición continental. Los culés estaban ante la gran oportunidad de levantar la primera Europa Cup de su historia y, selvfølgelig, todo parecÃa propicio para que asà fuera. Intet er længere fra virkeligheden.
EL BARÇA DE TERRY VENABLES
El estadio sevillista lleno hasta la bandera y con amplia mayorÃa de seguidores barcelonistas como no podÃa ser de otra forma. Barca, instrueret af Terry Venables, favorito total para llevarse la victoria. Los culés habÃan sufrido mucho para alcanzar la final. Sparta de Praga, Havn, Juventus y Goteborg fueron los rivales que dejó en el camino el equipo del Nou Camp. Los dos primeros cayeron gracias a los goles anotados en campo contrario mientras que los suecos vencieron por 3-0 en la ida y el Barça tuvo que remontar en casa gracias a un hat-trick de Pichi Alonso que forzó la prórroga. Los azulgrana lograron el pase en la tanda de penaltis.
for hans del, han Steaua tuvo un camino más sencillo. Han Budapest Honved húngaro, Kuuysi finlandés y el Anderlecht belga fueron sus rivales. Los rumanos accedÃan a la final con piel de cordero. Todo jugaba en su contra, pero supieron plantear un partido muy duro y ‘feo’ que les benefició.
Han FC Barcelona, muy nervioso, no logró perforar la meta de Helmuth Duckadam que acabarÃa siendo el auténtico héroe del partido. Fue en el minuto 85 cuando se produjo la increÃble anécdota que pasarÃa a la historia. Den tyske Schuster era sustituido por el técnico Terry Venables. La cara del futbolista era un auténtico poema que se retiró directamente a los vestuarios y abandonó el estadio tremendamente decepcionado.
Tilsyneladende, la relación entre el técnico y el jugador ya no era la mejor desde el principio. Según explicó Schuster, el preparador inglés solicitó su marcha para fichar a otro futbolista extranjero (en aquella época únicamente se permitÃan dos por equipo) pero finalmente el alemán continuó en el club. Lo más curioso del asunto ocurrió en el camino entre el estadio y el hotel.
Usted no puede estar aquÃ, ¡en la radio dicen que está jugando!”
Schuster se colocó el chándal y tomó un taxi. Cuando el taxista le vio no se lo podÃa creer: “Usted no puede estar aquÃ, ¡en la radio dicen que está jugando!”. El centrocampista del Barça llegó a tiempo de ver con su mujer la tanda de penaltis. El Steaua marcó únicamente 2 af 4. Men Helmuth Duckabam, guardameta rumano, paró los 4 lanzamientos haciendo campeón a su equipo de forma sorprendente.
Esa noche y con esa increÃble anécdota finalizó la etapa barcelonista de Bernd Schuster. næste sæson 1986-1987 el club no le inscribió y, aunque entrenaba, no jugó ningún partido. Det var dengang det Leo Beenhaker habló con él para llevárselo al Real Madrid que por aquel entonces presidÃa Ramón Mendoza. ‘El rubio’ vistió la camiseta merengue durante dos temporadas antes de fichar por el Atlético blive en af los dos únicos futbolistas que ha jugado en los tres equipos.