Última actualización febrero 25, 2025 por Alberto Llopis
Alfonso Pérez Muñoz (Getafe, Madrid, 1972), «El mago de las botas blancas«, es uno de esos jugadores míticos del fútbol español de los años 90 y principios del 2000. Conocido por su elegancia en el campo y su distintivo uso de unas botas blancas de la marca Joma que se hicieron muy populares en los años 90, este delantero destacó por su calidad técnica, su capacidad goleadora y su inteligencia para el juego.
Un talento precoz en la cantera del Real Madrid
Su trayectoria profesional comenzó en la cantera del Real Madrid, donde demostró un talento innato desde joven. Tras destacar en el Real Madrid Castilla, debutó con el primer equipo en 1991, formando parte de una generación dorada que buscaba devolver la gloria al conjunto blanco.
Permaneció en el club hasta 1995, sumando 89 partidos y 13 goles, aunque sin lograr consolidarse como titular indiscutible debido a la feroz competencia en la delantera merengue y a una grave lesión de ligamento cruzado a principios de 1994. Lesión que seguramente le privó de haber podido jugar el Mundial de USA 1994.
La llegada y la primera etapa en el Real Betis
El gran salto en su carrera llegó con su fichaje por el Real Betis en 1995. En principio como cedido. Y es que el verano siguiente tuvo su historia.
En el conjunto verdiblanco, «el mago de las botas blancas» encontró el escenario ideal para desplegar su mejor versión. En su primera temporada se convirtió en el referente ofensivo del equipo, firmando 14 goles en 39 partidos. Su influencia en el Betis fue creciente y su sociedad con jugadores como Finidi George lo llevó a ser considerado uno de los mejores delanteros de LaLiga.
Esto hizo que el Real Madrid le repescara en el verano de 1996. E incluso parecía contar para Fabio Capello a pesar de que los blancos ya tenían a Davor Suker, Pedja Mijatovic y Raúl González.
Sin embargo un supuesto precontrato de Alfonso con el Betis para jugar allí tras acabar su contrato como madridista en 1998, hizo que al final el Madrid se lo vendiera ese mismo verano a los verdiblancos por 1250 millones de pesetas. Así Alfonso afrontaría su segunda temporada, en la edición de la llamada «Liga de las Estrellas«, como jugador del Betis. Y ese mismo año, confirmaría que era uno de los mejores delanteros de España.
Entre 1995 y 2000, Alfonso disputó 152 partidos con el Betis y anotó 59 goles, llevando al equipo a competir en Europa y convirtiéndose en un ídolo de la afición verdiblanca. Su clase y elegancia con el balón, así como su efectividad en el área rival, le permitieron consolidarse como uno de los atacantes más temidos de la liga española.
Etapa en el FC Barcelona, Olympique de Marsella y regreso al Betis
En el año 2000, el FC Barcelona apostó fuerte por él y pagó cerca de 20 millones de euros por sus servicios. Sin embargo, su estancia en el Camp Nou no fue la esperada. Entre lesiones y falta de continuidad, Alfonso no logró destacar con los azulgranas, jugando 21 partidos y anotando solo 2 goles. En 2002, fue cedido al Olympique de Marsella, donde participó en 11 encuentros y marcó 4 goles.
Tras su discreto paso por el Barcelona y el Marsella, Alfonso regresó al Real Betis en 2002 con la intención de recuperar su mejor versión. En su segunda etapa con los verdiblancos, sumó 45 partidos y 10 goles hasta su retirada en 2005. En total, disputó 222 encuentros con el Betis y marcó 78 goles, lo que lo convierte en el tercer máximo goleador histórico del club.
Un referente en la Selección Española
Alfonso también dejó su huella en la Selección Española, con la que disputó 38 partidos y anotó 11 goles. Representó a La Roja en la Eurocopa 1996, el Mundial 1998 y la Eurocopa 2000, donde firmó uno de los goles más memorables de su carrera: el tanto decisivo contra Yugoslavia en la fase de grupos, que permitió a España avanzar a cuartos de final.
Además, formó parte de la selección olímpica que conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, un hito que marcó su carrera y le permitió ingresar en la historia del fútbol español.
El Mago de las botas blancas
En su honor, y pese a no haber jugador en el Getafe CF, el estadio municipal de Getafe fue bautizado como Coliseum Alfonso Pérez en 1998 en una muestra de cariño al hijo prodigo de la ciudad. Aunque en 2023 el club azulón, decidió cambiar su denominación a simplemente Coliseum tras unas polémicas del ya ex futbolista en la red social Twitter.
A pesar de haber vestido la camiseta de los 2 clubes más importantes de España y posiblemente del mundo, su paso por el Real Betis quedó marcado como el momento cumbre de su carrera, donde demostró ser un líder dentro y fuera del campo. Su apodo, «El Mago de las Botas Blancas«, quedó ya para el recuerdo.
