Última actualización diciembre 11, 2019 por Javier Argudo
Alrededor del mundo existen multitud de equipos que copian los escudos y los colores de otros grandes clubes. Unas veces se hace como tributo a dicho club, con la intención de homenajearle, otras simplemente se produce un plagio en toda regla que incluso termina en los tribunales. Sin embargo, hoy vamos a tratar el caso de dos clubes que se podría decir que prácticamente comparten escudo por mera coincidencia. Se trata del Club Brugge (conocido como Brujas en español) y el RCD Espanyol de Barcelona.
Belgas y españoles utilizan desde prácticamente su fundación un escudo muy similar pero no hay constancia alguna de que ninguno de ellos lo eligiera para homenajear al otro ni tampoco que se haya producido un plagio, más bien se trata de una casualidad.
El RCD Espanyol tuvo un par de escudos entre 1901 y 1912 hasta que adoptó el actual que ha sufrido alguna pequeña modificación pero se mantiene casi inalterable. El encargado de diseñarlo fue Eduard Corrons que en ningún caso se basó en el del club belga. Por su parte, el Brujas ha utilizado prácticamente el mismo emblema desde su fundación en 1891.
Como se puede apreciar en los escudos originales, la única diferencia destacable es el color de las bandas que ocupan el centro del círculo en ambos casos. En el del Club Brugge las bandas son el azul y el negro, colores de la ciudad, mientras que en el del RCD Espanyol encontramos el azul y el blanco. El resto, forma, color del círculo exterior y corona, son casi idénticos.
NUEVO ESCUDO DEL BRUJAS
Recientemente, coincidiendo con el 125 aniversario del Brujas, el club decidió modificar algo el escudo y quizás aprovechar para diferenciarse un poco más del RCD Espanyol. Se eliminó el color rojo del borde y se cambió por el blanco.
Caprichos del destino ambos se enfrentaron en uno de los partidos más recordados (quizás el que más) en la historia del conjunto perico. Fue un 20 de abril de 1988 en el mítico y ya desaparecido Estadio de Sarriá en las semifinales de la Copa de la UEFA.
En el partido de ida los belgas habían vencido por 2-0 y los periquitos lograron darle la vuelta consiguiendo un 3-0 (el último de ellos marcado en la prórroga) que clasificaba a los blanquiazules para su primera final europea. Final que acabaría perdiendo en la tanda de penaltis contra el Bayer Leverkusen.
