El trágico final de Javier Yubero, el portero de los ascensos

El trágico final de Javier Yubero, el portero de los ascensos
Yubero con la camiseta de la Real Sociedad (El País)

Fue uno de los candidatos a convertirse en heredero de Arconada pero, como suele pasar, cuando a uno se le compara con una leyenda la presión y las grandes expectativas creadas suelen acabar en frustración. Esto le ocurrió a Javier Yubero.

El irundarra cumplió uno de sus sueños en la temporada 1991-1992 con tan sólo 19 años de edad cuando John Benjamin Toshack le hizo debutar como titular en la última jornada en Atocha en un partido que enfrentó a la Real Sociedad y al RCD Espanyol que finalizó con empate a uno.

La siguiente temporada Yubero tuvo su gran oportunidad. González fue traspasado al Valencia y el guardameta vasco tendría la responsabilidad de ser el cancerbero titular de la Real Sociedad con tan solo 20 años.

Como es lógico, los nervios traicionaron al meta y aunque completó 34 partidos como titular en Liga alternó buenas actuaciones con otras menos buenas que sembraron las dudas en la grada y en el cuerpo técnico. Estas dudas derivaron en el fichaje de Alberto que se hizo con la titularidad y Yubero tuvo que conformarse con ser suplente.

Las pocas oportunidades hicieron que el cancerbero vasco se marchara al Real Betis, que por aquel entonces militaba en Segunda División. En el Villamarín siguió sin jugar pero su equipo logró el ascenso a Primera esa temporada 93-94.

LOS TRES ASCENSOS DE JAVIER YUBERO

La 94-95 le llega una nueva oferta de Segunda División en este caso del Mérida. Nuevamente, se la pasa en blanco sin jugar ni un solo partido pero el equipo vuelve a ascender convirtiendo a Yubero en una especie de talismán.

Finalmente decide regresar a su tierra, en esta ocasión al Éibar (también de Segunda). Esta vez no logra ascender con el equipo armero pero sí termina haciéndose con el puesto de titular en la segunda temporada en Ipurúa algo que mantiene también en la tercera en la que disputa 39 partidos ligueros.

Pero a Yubero todavía le quedaba otro ascenso a Primera con una nueva camiseta, la del Rayo Vallecano, al que llega en el curso 98-99. En Vallecas vuelve a ser suplente durante tres años pero el equipo asciende y logra la permanencia. Sin embargo, la falta de minutos hace que el irundarra vuelva a hacer las maletas y baje un peldaño más para sentirse importante.

Su carrera finaliza en Segunda B en equipos como el Amurrio, Zamora, Lanzarote y Torredonjimeno. Es aquí cuando llega la fatal noticia. Yubero sufre un cáncer de páncreas que le obliga a ser tratado y a abandonar el fútbol.

Con 33 años fallece dejando el recuerdo de aquel muchacho que soñó con ser el nuevo Arconada y que se convirtió en el portero de los ascensos con el Real Betis, Mérida y Rayo Vallecano.

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