Última actualización agosto 12, 2023 por colgadosporelfutbol
Fue la jugada más surrealista de la historia de las Copas del Mundo. Aunque a muchos les sorprenda, la selección de Zaire fue una de esas selecciones que participó en un Mundial contra todo pronóstico. Concretamente fue en el celebrado en Alemania en 1974. y estaba integrada por jugadores totalmente amateurs que no estuvieron a la altura, como era de esperar. Fruto de ello, protagonizaron la que es, a buen seguro, es una de las jugadas más raras de la historia de los Mundiales.
La jugada más surrealista de la historia de los Mundiales
La historia tiene su miga. El combinado africano logró clasificarse después de proclamarse campeón de África de una manera un tanto sospechosa. Mobutu, dictador de Zaire, prometió una gran cantidad de dinero a sus jugadores después de conseguir la clasificación por lo que acudieron con muchas ganas e ilusión a la cita mundialista. El grupo en el que quedaron encuadrados no era nada sencillo: Brasil, Yugoslavia (que por aquel entonces era una selección muy potente) y Escocia serían sus rivales.
El primer partido contra los escoceses finalizó con un digno resultado de 2-0 para los británicos. Sin embargo, es aquí cuando comenzaron los problemas. El dictador africano no quedó contento con el resultado y amenazó con no pagar lo prometido por lo que los futbolistas amagaron con no salir a jugar el siguiente partido contra Yugoslavia. Finalmente lo hicieron, pero el resultado lo dice todo: 9-0 para los balcánicos.
Si pierden por más de tres goles… no regresen a casa»
Si el enfado de Mobutu era grande antes del partido contra Yugoslavia, imagínense después de esa humillante derrota por nueve goles. Los brujos que habían acudido a dar suerte a la selección de Zaire se marcharon y es entonces cuando llegó la gran amenaza del dictador a sus jugadores: «Si pierden por más de tres goles el último partido no regresen a casa». El rival era nada más y nada menos que Brasil.
Brasil-Zaire
Los brasileños, vigentes campeones del Mundo después de su triunfo en 1970, por si fuera poco, estaban obligados a ganar y a poder ser por una gran diferencia de goles ya que habían empatado los dos partidos anteriores a cero. Los jugadores de Zaire, que distaban mucho de ser profesionales, debían caer por menos de 3 goles o su vida o la de sus familias, corría peligro. Eso sí que es presión y no lo que algunos futbolistas denuncian hoy en día.
El partido transcurrió con normalidad y a falta de 10 minutos para el final el resultado era de 3-0 para los brasileños. Zaire había hecho un digno encuentro y de momento lograba el objetivo mínimo que le había marcado Mobutu. Fue entonces cuando se produjo la jugada más surrealista que muchos podemos recordar.
El árbitro concedió un tiro libre a favor de Brasil al borde del área. Colocó la barrera de los africanos e hizo sonar su silbato. En ese momento Mwepu Ilunga grabó su nombre para siempre en la historia del fútbol mundial. El jugador africano salió corriendo de la barrera y pegó un pelotazo dejando a todos atónitos. El colegiado le mostró la tarjeta amarilla y el futbolista no entendía muy bien el motivo. Quizás no conocía ni el reglamento.
El encuentro finalizó con 3-0, de esta manera Brasil se clasificó y cumplió con el trámite y los jugadores de Zaire pudieron regresar a casa. Quien sabe si ese día salvaron sus vidas.