Última actualización enero 19, 2020 por Javier Argudo
Cada club de fútbol tiene su propia historia, su propia nota singular que lo hace diferente a los demás, ese algo especial que hace que aglutine una mayor o menor masa de gente detrás de él. No hay duda de que la nota básica de singularidad de cualquier club es su propia camiseta, el color, la forma etc. Pero en el caso de la camiseta del Granada CF esa común nota de distinción toma un cariz especial. Más allá de los colores, su forma de llevarlos es prácticamente única en el balompié patrio.
Más propio de otros deportes como el rugby o el hockey, las rayas horizontales es la gran seña diferencial de la camiseta del Granada CF. Pero ¿cómo y por qué viste de esta manera el club nazarí? Tiene una sencilla explicación. Más fácil de entender hoy en día en este fútbol supercomercializado: el marketing. Quizá algo habitual hoy en día, pero algo totalmente fuera de lo común en los años setenta.
El 22 de agosto de 1973, coincidiendo con la primera edición del Trofeo Ciudad de Granada, saltaba el equipo local al césped de Los Cármenes con camiseta a rayas horizontales. Sin lugar a dudas supuso un cambio radical, por ello llama la atención la poca repercusión que tuvo en su día tal alteración.
Cuenta el periodista Ramón Ramos, presente como espectador en aquel partido -en un artículo publicado en Granada Hoy– , que “más de un ¡oh! de admiración o sorpresa no hubo.
Unas semanas antes el Diario Ideal dio la primicia en unas escuetas líneas que firmó Paco Vega
«Todo tiene importancia y por eso se lo cuento a ustedes. El Granada lucirá los mismos colores este año, pero no así la misma forma de llevarlos. Las camisetas serán a rayas horizontales rojas y blancas… tendrá el escudo en el centro y el número sobre el hombro».
Días más tarde una sección noticiera multideportiva del mismo diario se volvía a hacer eco de la noticia, apuntado de manera jocosa que si tal cambio se debía a circunstancias prácticas o psicológicas, por lo de “uniforme nuevo, vida nueva”. Mientras José Luis Piñero, también en Ideal dedicaba unas semanas después “su sincero aplauso” a quien “haya decidido cambiar la dirección de las rayas … porque en el fútbol hay poquísima originalidad … aunque muchos harán el chiste fácil de comparar a los jugadores con el uniforme de las penitenciarias, el Granada se distinguirá en todos los campos que pise”. A partir de aquí, nada más.
EL PRESIDENTE CÁNDIDO GÓMEZ
Años más tarde el propio Ramón Ramos explicará en Los años del Pichichi, que Cándido Gómez buscó reforzar la marca Granada CF, “una imagen que diferenciase e individualizase al club frente al resto de los equipos… se le presentaron varias opciones: a dos bandas, a cuadros, a cuadritos pequeños como el tablero de ajedrez… Se decidió por la cuarta opción, las rayas horizontales, porque las otras le parecieron muy atrevidas”.
Y así fue como, sin avisos, sin explicaciones y prácticamente de puntillas, el Granada giró 90 grados. De la verticalidad a la horizontalidad. De lo común a lo original. Estrenaba el símbolo del que se presumiría por siempre. Cándido Gómez, el presidente que más años ha estado al frente del club, se adelantó a su época y con una genial vista comercial encontró de forma precisa una nota de distinción tan importante en el mundo empresarial.
Aunque si en un principio vemos el cambio se asumió sin más, no todas las temporadas se respetó. Tan solo dos años después, la camiseta del Granada CF volvió a las rayas verticales: a mitad de temporada y por decisión del técnico, el afamado Miguel Muñoz. Quizá por superstición y buscando un cambio de dinámica que no se produjo ya que se acabó descendiendo a segunda división de forma vertical.
Desde entonces el equipo ha ido cambiando de la verticalidad a la horizontalidad, según la temporada y sin más razón aparente que la propia decisión del presidente de turno. Ambas vertientes tenían sus defensores y sus detractores. Si bien es cierto que las rayas verticales eran las primigenias también lo era que las desgracias que se iban sucediendo coincidían con este sentido geométrico y cada vez cobraba más adeptos la horizontalidad.
Así se fueron sucediendo las camisetas del club, hasta el 17 de julio de 2004. Fecha en la que una asamblea de socios aprobó que la camiseta del Granada CF fuera a rayas horizontales para siempre. Para entonces la piel de los granadinistas ya se había vuelto horizontal.