Última actualización julio 17, 2020 por Javier Argudo
Andriy Shevchenko fue uno de los mejores delanteros de finales del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, su infancia no fue nada sencilla, más bien todo lo contrario.
El 26 de abril de 1986 ocurrió una de las peores catástrofes nucleares de la historia. En la central Vladímir Ilich Lenin, ubicada en Chernobyl, Ucrania, se producía una grave explosión que tuvo consecuencias desastrosas para la población de la zona.
A escasos kilómetros de allí, en concreto en Dvirkivshchyna, un niño de apenas 9 años jugaba a fútbol con sus amigos en la calle. En una de sus impetuosas jugadas, Andriy lanzaba un balón que iba a parar al tejado de una casa cercana. Como marcan las reglas del fútbol callejero, el lanzador debía ir a buscar la pelota como así fue. La sorpresa fue mayúscula al ver que no era un balón sino tres los que habían allí encalados.
Con gran alegría, aquel joven muchacho se las ingenió para llegar a casa cargado con su preciado botín. Sin embargo, al llegar, Mykola Shevchenko, padre de Andriy, decidió analizar aquellos balones con un medidor que guardaba en un cajón. El nivel de radiactividad era muy elevado por lo que la familia decide abandonar la zona para escapar de aquel grave peligro para la salud.
El hat-trick de Shevchenko en el Camp Nou
Los Shevchenko eligen Kiev como nuevo destino y Andriy ingresa en las categorías inferiores del Dynamo. A partir de ahí su proyección es meteórica. Se convierte en uno de los principales activos del club y alcanza el primer equipo donde pronto se hace con un nombre en el panorama futbolístico europeo. Su gran momento se produce en un partido de Champions League disputado en el Camp Nou el 5 de noviembre de 1997 en el que el conjunto ucraniano vapulea al Barça por un contundente 0-4 con un hat-trick de su gran estrella.
Fueron muchos los equipos que lanzaron sus redes para tratar de hacerse con los servicios de Shevchenko pero finalmente el AC Milan consiguió el fichaje previo pago de 25 millones de euros al Dynamo. Visto el rendimiento posterior, el precio fue una auténtica ganga.
Títulos a nivel colectivo y por supuesto también en el apartado personal. Su gran momento llega en el año 2004 cuando recibe el Balón de Oro al mejor futbolista del momento. Atrás quedaron los balones radiactivos que pusieron en riesgo su vida y la del resto de su familia.
El sueño de aquel niño de triunfar en el fútbol se hizo realidad y Dynamo de Kiev, Milan, Chelsea y por supuesto la selección de Ucrania tuvieron el honor de contar en sus filas con este gran delantero.