El triste adiós de José Antonio Reyes, ídolo del sevillismo

El triste adiós de José Antonio Reyes, ídolo del sevillismo
José Antonio Reyes el día en que se despidió de la afición del Sánchez Pizjuán (Foto: Sevilla FC)

Un regalo inesperado, una fiesta sorpresa…, cantar a todo pulmón…, cruzarte con la persona que te gusta…, el deporte, meter un gol, hacer vibrar a una masa de gente…, la velocidad.

Son muchas las situaciones que nos despiertan esa sensación de sentirnos vivos, que nos hacen experimentar un repique de latidos, que se nos congele el aliento y que un escalofrío recorra todo nuestro cuerpo.

UN DESPEGUE METEÓRICO

Las cualidades innatas de José Antonio Reyes hicieron que su carrera futbolística despegara rápido. Con apenas 16 años se convertía en el futbolista más joven en debutar en primera división con el Sevilla F.C.

Se cumplía el sueño de un niño utrerano. De un niño que, apoyado en la ventanilla del coche de su madre, realizaba el viaje de 30 kilómetros que separaba su casa de la ciudad deportiva sevillista varias veces en semana. Siempre absorto en sus pensamientos, siempre con la mirada perdida sobre el paisaje, sobre la carretera, su confesora de sueños.

También fue rápido su salto a la fama. La estampa de un joven Reyes tumbado sobre una cama vestida con sábanas sevillistas y bajo un mural de la Virgen de la Consolación daba la vuelta a la España futbolística. Sonriente enseña el manual del carnet de conducir. Era necesario realizar aquellos viajes solo, sin más compañía que la propia carretera, la carretera de Utrera.

THE BEST

No tardó en triunfar con el Sevilla F.C. Es el abanderado de una nueva generación, la que permitió al club salir de su peor crisis. Pero una institución aún agobiada por las deudas se vio obligado a venderlo.

“Tuvimos que venderlo. Me puse enfermo por tener que vender al estandarte del sevillismo.”

Monchi. Director deportivo Sevilla FC.

El Larguero. Onda Cero. 3 de junio de 2019

Muy joven puso rumbo al Arsenal inglés. Tuvo un inicio prometedor, sin embargo, en lo personal le cuesta adaptarse: “la vida inglesa es muy diferente a la utrerana”. Añoraba su tierra y cuando podía a ella regresaba, por la carretera de siempre, la cómplice de sus sonrisas en la ida y sus lágrimas en la vuelta.

El primer futbolista español en ganar la Premier League pronto se convirtió en un símbolo de la selección española. Todos recordamos aquella charla con Luis Aragonés, en la que el entrenador trataba de motivar al delantero de una forma muy peculiar: cabeza con cabeza le mandaba un rotundo mensaje: “usted es mil veces mejor que el negro del Arsenal” haciendo referencia a Thierry Henry, por entonces el gran dominador del fútbol inglés.

“De aquello lo recuerdo todo, de repente aparece el míster y mientras decía aquella frase no podía hacer otra cosa que reírme, porque pensaba ¡hostia! la que está liando el míster, pero tampoco lo dijo con maldad para la que se lió.”

José Antonio Reyes. El día después. 12 de febrero de 2018

Reyes compartía el fútbol con otras dos grandes pasiones. Una, los coches. Como relata Ramón Blanco en El Larguero “Le encantaban los coches, compraba vendía, siempre tenía una colección de cinco o seis coches”. Subido cada vez a uno diferente siempre volvía a casa por la carretera de siempre, a reunirse con su familia, su otra gran pasión.

Con ellos protagonizó otro momento entrañable. Convocado con la selección española, su familia acudió a visitarlo, se le negó la pernoctación en el hotel y Reyes, ni corto ni perezoso, no dudó en quedarse con ellos. Ante el asombro de todos, pasaron la noche juntos dentro de dos coches, que amanecieron con los cristales empañados en la puerta del hotel.

Regresó al fútbol español, para ser decisivo en el Real Madrid y cargar su palmarés con el Benfica y Atlético de Madrid. Y, por fin, ocho años después, volver a su Sevilla C.F. Para vivir con su equipo parte de la época dorada de la historia del club, “quien piense que con 28 años vengo a retirarme está loco, vengo a mi club a ganar títulos, lo que he hecho en todos los clubes en donde he estado”.

Jugó su última temporada en primera con el Espanyol antes de que, paradójicamente su ambición le llevara a bajar a segunda. Lo hizo para salvar del descenso a un Córdoba desahuciado y se cumpliera el sueño de su padre, bético de pura cepa, de verlo vestido de verdiblanco.

En la siguiente temporada su valentía le llevó a enrolarse las filas del Extremadura, cuando “todos rechazaban formar parte del proyecto” de retorno de un histórico a la segunda división. Allí era un ídolo hasta para sus propios compañeros que tenían ilusión de jugar junto a él.

En todos los equipos por los que pasó dejó una marca inconfundible, la de la humildad, la del positivismo, la de la autenticidad, la de su sonrisa.

UN VELOZ ADIÓS

José Antonio Reyes se fue rápido, como su juego por banda, como el inicio de su carrera, como su vida. A los 35 años después de su entrenamiento con el Extremadura, puso rumbo a Utrera. Para reunirse con su familia y ver la final de la Copa de Europa, para la que el destino le tenía reservado un papel protagonista: sesenta segundos que pusieron de manifiesto que nunca jamás volvería a caminar sólo.

Nunca llegó a casa. Su vida se terminó demasiado pronto, demasiado rápido. En la carretera. Aquella carretera. Su fiel compañera hasta la muerte. La carretera de Utrera.

«La muerte no nos hace mejores ni peores pero nos deja indefensos en la memoria de los demás, y ese recuerdo es el que nos da el supuesto cielo o infierno».

José Ramón de la Morena. El Larguero. Onda Cero. 3 de junio de 2019

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