Última actualización julio 4, 2024 por colgadosporelfutbol
El Milán de Sacchi fue uno de los mejores equipos de la historia. Sin embargo, poco antes de que pasar por encima de toda Europa y fuera la bestia del Real Madrid, mordió el polvo en una eliminatoria pura y dura ante el Espanyol de Clemente. Y es que la temporada 1987-1988, fue histórica para el RCD Espanyol.
La temporada anterior el conjunto perico había realizado una gran temporada ya con Clemente en el banquillo, finalizando en tercer lugar por detrás únicamente de Real Madrid y FC Barcelona (en aquella famosa temporada del playoff en la Liga española que, por suerte, sólo duró un año).
El inicio de uno de los mejores equipos de la historia
Esa temporada 1987-1988 había llegado al AC Milan un entrenador que haría historia al frente del equipo rossonero, Arrigo Sacchi. El técnico italiano había destacado en el Parma y el recién llegado Silvio Berlusconi no dudó en ficharlo para construir un equipo temible con fichajes como Gullit y Van Basten además de otros jugadores que llegarían poco después como Frank Rijkaard.
Aquel Milan contaba además con Tassoti, Maldini, Baressi o Ancelotti y dominaría Europa los años venideros, pero esa temporada se topó con el gran RCD Espanyol en la Copa de la UEFA. De hecho, el conjunto italiano ya tuvo dificultades para pasar de la primera ronda ante otro equipo español, el Real Sporting de Gijón que logró vencerle en El Molinón pero sucumbió en San Siro.
El Espanyol de Clemente tumba al Milán de Sacchi y está a punto de ganar la Copa de la UEFA
El partido de ida entre pericos y rojinegros se disputó en Lecce debido a que el estadio del AC Milan había sido cerrado por sanción. El partido siempre será recordado por el gran entramado defensivo que logró crear Javier Clemente que anuló por completo a las estrellas del Milan, especialmente Ruud Gullit que al término del mismo afirmó que ni jugando 10 partidos habrían sido capaz de marcar un gol a los periquitos.
Además, el Espanyol se mostró letal a la contra y consiguió anotar en dos ocasiones por mediación de Zubillaga y Pichi Alonso llevándose una renta de 0-2 para el partido de vuelta en casa. En Sarriá el Milan volvió a mostrarse incapaz de superar el sistema defensivo del equipo blanquiazul y el partido finalizó con empate a cero.
Fue el primer varapalo del que sería un equipo que se cansaría de acumular éxitos a partir de entonces pero que aquel día fue superado y eliminado por el conjunto españolista que, por desgracia, no logró poner la guinda a su gran participación en el torneo cayendo en la final en la tanda de penaltis contra el Bayer Leverkusen.