Última actualización septiembre 28, 2020 por Javier Argudo
Jesús Castro es una leyenda del Real Sporting de Gijón. El que fuera portero rojiblanco desarrolló toda su carrera profesional en el club asturiano con el que disputó 449 partidos oficiales repartidos en 18 temporadas.
No hace falta decir que la familia Castro es pura historia del club de El Molinón. Tanto Jesús como Enrique Castro ‘Quini’ son dos de los mejores jugadores que han vestido la elástica sportinguista. No en vano, el estadio fue rebautizado con el nombre del que fuera delantero de Sporting y Barça. También Jesús Castro cuenta con una puerta con su nombre en el feudo rojiblanco. La número uno, como no podía ser de otra forma.
LA MUERTE DE JESÚS CASTRO
Sin embargo, hoy queremos centrarnos en la muerte del cancerbero ya que fue un acto heroico que merece ser contado. Jesús, ya retirado, disfrutaba de unas vacaciones en la playa de Amió (Cantabria) una mañana de Julio de 1993.
El agua no estaba en condiciones óptimas para el baño debido al fuerte oleaje y la bandera roja ondeaba. Sin embargo, una familia de turistas ingleses hicieron caso omiso y se adentraron en el mar. Tanto el padre como dos niños de 7 y 9 años respectivamente comenzaron a tener problemas para regresar a la orilla.
Fue entonces cuando Jesús Castro se lanzó al agua para rescatar a todos ellos, algo que logró, pero exhausto por el esfuerzo no pudo salvarse a sí mismo y murió ahogado.
Lo más curioso de la historia es que el propio protagonista tuvo una premonición sobre su muerte. Según contó Blanca Cobián, viuda de Jesús Castro, en el programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez, varios miembros de la familia tuvieron una serie de malas sensaciones antes del trágico incidente.
El propio ex futbolista se quedó dormido en la playa, algo que según su mujer era totalmente impropio en él, y tuvo un sueño en el que trataba de salir del agua de aquella playa pero una fuerza se lo impedía. Además, el hijo pequeño de Jesús y Blanca no quería ir a aquel lugar el día de la muerte de su padre: «Tengo una premonición» llegó a decir a sus progenitores.