Última actualización marzo 25, 2024 por colgadosporelfutbol
Está en los registros que la fecha de fundación del Bayern de Múnich fue el 27 de septiembre de 1900, lo que lo convierte en uno de los equipos clásicos europeos. Durante años, además, consiguió mantener viva la leyenda que le hacía invencible cuando jugaba frente a un equipo español en el Estadio Olímpico de Múnich. No fue hasta comienzos del siglo XXI cuando un pequeño equipo gallego se presentó para jugar frente a los todopoderosos alemanes. Con todos los pronósticos en contra, pero desde la confianza en sus posibilidades, el orden táctico y el desparpajo creativo de hombres como Juan Carlos Valerón, Fran y Makaay, el Deportivo de La Coruña fue capaz de llevarse la victoria y, además, de anotar en tres ocasiones en la portería del titán Kahn, uno de los mejores guardametas de la historia.
El Dépor no llegó en las mejores condiciones, sin gran parte del once titular de aquella temporada, empezando por la portería, pero Irureta aterrizó en Munich con un plan para perforar la a priori inexpugnable defensa rival, un plan que pasaba por combinar la visión y la magia en el toque de Valerón con la velocidad y capacidad de desmarque de Roy Makaay. Ese plan solo tardó 12 minutos en cristalizar en un gol que dejó sin aliento a una adelantada defensa alemana y su portero imbatible. Fue un pase al hueco perfecto en una combinación que sus responsables ejecutaron sin mirarse, con la confianza de los jugadores que se conocen y que confían en la calidad y la respuesta del otro, dos jugadores que además de compañeros son amigos.
El Deportivo, muy en el estilo de Jabo Irureta, supo rebajar la intensidad del encuentro, algo a lo que ayudó el plan de juego de un Bayern que quería controlar todos los espacios y crear desde la paciencia. Este plan no encontró ningún punto de desgaste en el esquema del técnico ni en la entrega de los jugadores y, así se mantuvo hasta que volvió a saltar la chispa del genio. Valerón se inventó un pase como los que solo él era capaz de concebir; Hector exhibió su velocidad en carrera hasta alcanzar el punto crítico para el centro y la eficacia impecable de Makaay culminó su trabajo perforando la meta rival.
(Imagen de: Lopedeaguirre9)
Viendo como sus planes se hacían fosfatina, Hiztfeld apeló al estilo clásico: el Bayern dejó atrás el toque y se lanzó en tromba contra la portería de su rival. A la vuelta del descanso toda la caballería de los bávaros salió al galope y Salihamidzic abrió el marcador para los suyos, con un cañonazo tras un rebote en el área. Siete minutos más tarde, en el 64, un córner llevaba el miedo al corazón de la hinchada deportivista: Elber acababa de anotar tras el saque de esquina para empatar el partido.
En esta situación, el Depor que hoy nos encontramos perdido en el fondo de la clasificación de segunda división, con una afición que sufre viendo como es el Celta de Vigo, el eterno rival, el que lleva la marca Galicia a los titulares de la prensa, aunque en los últimos 6 encuentros solo ha conseguido llevarse 6 puntos, poco habría tenido que hacer, además de bajar los brazos; pero hace 17 años la cosa era bien diferente e Irureta supo reaccionar a tiempo e insuflar ambición y sentido histórico a su equipo. La entrada de Joan Capdevila bastó para que el Depor recuperase terreno y para dar a Valerón el espacio necesario para volver a sacarse de la chistera, por enésima vez, otro pase imposible que el olfato de Makaay mandó al fondo de la red. Tampoco encontraríamos hoy la entrega y la garra para resistir y conservar el resultado en los minutos finales, porque los apenas 15 minutos transcurridos desde el tercer gol del Depor hasta el pitido que confirmó la victoria de los blanquiazules se hicieron eternos.
El 18 de septiembre de 2002, un equipo sin apenas experiencia en Europa se convertía en la primera escuadra española en superar al Bayern en casa. No fue un resultado fácil, no fue un partido cómodo, pero los gallegos lograron un hito que no se volvió a repetir hasta el 2014, cuando el Real Madrid venció a los alemanes por 0-4 , aunque lo hicieron lejos del Olímpico; el Bayern ya se había mudado al Allianz Arena.