Última actualización marzo 25, 2024 por colgadosporelfutbol
El fútbol femenino está de moda y el hecho de ser mujer no te impide practicar este deporte en la actualidad. Sin embargo, en la España de 1920 y 1930 las cosas eran muy diferentes como demuestra el caso de la mujer que protagoniza este artículo.
El primer equipo de fútbol femenino en España nace en Barcelona, en 1914. El Spanish Girls y es un club formado y vinculado al RCD Español. La expansión del este deporte entre las mujeres en esos años de principios del siglo XX es limitadísima, y centrada únicamente en tres ciudades: Barcelona, Valencia y Madrid. Los partidos son puntuales y los clubes tienen una corta vida. Las mujeres aficionadas al deporte del balompié deben resignarse a ver jugar a los hombres.
La mujer futbolista
No fue el caso de Ana Carmona Ruiz “Nita”, una increíble historia que sacó a la luz el periodista Jesús Hurtado. Nacida en Málaga el 16 de mayo de 1908. En 1925 la explanada cercana al cuartel de artillería, en el barrio de los Capuchinos, que se usaba por los jóvenes de la época como campo de diferentes deportes y juegos, entre ellos el fútbol, pasa a ser el campo de fútbol de las Escuelas Salesianas. Allí, un sacerdote gallego, Francisco Míguez Fernández, crea el Sporting de Málaga y viendo la ilusión y ganas de la chica, permite que Nita participe en el equipo.
Pero, para que la joven pudiera jugar a fútbol en esos tiempos previos a la Guerra Civil, donde la legislación era tajante en cuanto a la prohibición de que mujeres y hombres pudieran participar en equipos mixtos de ningún deporte, optan, con la complicidad y ayuda del masajista del club, Juan Marcheante, por engañar al respetable, a los rivales y hasta a sus propios compañeros de equipo, al menos a la mayoría de ellos.
Nita, comienza primero como ayudante del masajista y como encargada del lavado de las camisetas de los futbolistas y teniendo claro que su papel no podía quedar reducido a eso, trazan un plan con la complicidad, también, de su abuela Ana. Se corta el pelo como un hombre, usa peluca en su vida diaria para “aumentar” su feminidad, usándola también en su faceta de mujer asistente de Marcheante. Para poder disputar encuentros jugaba únicamente aquellos partidos de fuera, que estuvieran lo suficientemente alejados del barrio de Capuchinos o en los que no hubiera vestuario (algo que no resultaba complicado en aquella época) y aparecía con su pelo corto, disimulando sus pechos comprimiéndolos al máximo con vendas y usando, como futbolista, el nombre de Veleta.
Nita es descubierta y sancionada
Pero Nita, después de disputar numerosos encuentros, fue delatada por alguien que finalmente la reconoció, lo que provocó que fuera arrestada y multada. El Padre Míguez fue llamado al orden y la joven malagueña tuvo que abandonar, con dolor, el club de sus amores.
Pero las amenazas y sanciones no consiguieron acabar con sus ganas de jugar al fútbol y Veleta optó por hacerlo fuera de la ciudad de Málaga, probó y fue fichada por el Vélez Club de Fútbol, a donde acudía siempre en su papel de hombre, hasta que fue nuevamente descubierta y arrestada poco antes del estallido de la contienda nacional que sacudió a España en 1936. La Guerra Civil acabaría también con el Sporting de Málaga, al ser fusilado su creador y motor del club, el Padre Míguez.
Apartada ya del fútbol, Nita, fallece en su localidad natal a los 32 años, en 1940, aquejada de tifus. Fue enterrada con la camiseta del Sporting de Málaga. El club que la hizo feliz. Sin saberlo, hizo una gran labor por el fútbol femenino y por la presencia de la mujer en el deporte del balompié.