Última actualización julio 4, 2020 por Javier Argudo
Jordi Cruyff fue el tercer hijo de Johan (el único varón). Cuando heredas un apellido tan ilustre es obvio que la presión por seguir los pasos de uno de los mejores futbolistas de la historia acabe pesando sobre tus hombros.
Coincidiendo con la llegada de Johan al banquillo del primer equipo culé, Jordi ingresó en las categorías inferiores del Barça con tan solo 14 años.
Poco a poco fue quemando etapas hasta llegar a la primera plantilla. Su debut no pudo ser mejor ya que fue autor de un hat trick en un partido del stage de pretemporada que el conjunto catalán disputó en Groningen.
Obviamente, la ilusión de la afición se disparó ya que veían en aquel joven la posible solución a los problemas que atravesaba el equipo, en pleno ocaso del Dream Team. Sin embargo, aunque ‘el hijo de Johan’ no lo hizo mal, es cierto que no era su padre, ni mucho menos.
Por si fuera poco, una grave lesión de rodilla lo tuvo apartado de los terrenos de juego seis meses. Una vez recuperado, su padre había sido destituido por Josep Lluis Nuñez, que además lo acusó de haber sido el culpable de que numerosas figuras salieran de la plantilla para hacerle hueco a su hijo.
JORDI CRUYFF AL MANCHESTER
En medio de aquella situación, como es lógico, Jordi Cruyff decidió abandonar el FC Barcelona. El Manchester United de Ferguson le hizo una oferta y la idea le sedujo inmediatamente.
Antes, tuvo la oportunidad de disputar la Eurocopa con la Holanda de Guus Hiddink que lo alineó como titular en los 4 partidos que la selección ‘orange’ disputó en Inglaterra.
Pero Manchester tampoco fue el lugar idóneo para el joven Cruyff que apenas tuvo oportunidades de demostrar su calidad. Después de 4 temporadas (con cesión al Celta entre medias incluida) en las que fue de más a menos, tocó hacer las maletas de nuevo.
FINALISTA DE LA COPA DE LA UEFA CON EL ALAVÉS
Fue entonces, con 26 años de edad, cuando Jordi Cruyff seguramente fue consciente de la realidad y decidió firmar por un equipo en el que pudiera sentirse importante. El Deportivo Alavés de Mané fue su nuevo destino y en Vitoria pudieron disfrutar de su mejor fútbol.
En el club babazorro se convirtió en titular indiscutible y formó parte de aquella mítica plantilla que tocó la gloria con la yema de los dedos disputando la final de la Copa de la UEFA contra el Liverpool.
Después de tres temporadas y coincidiendo con el descenso del conjunto albiazul a Segunda División, Jordi se marchó. Espanyol, Metalurg Donetsk y Valletta fueron sus últimos equipos antes de colgar las botas.
Seguramente la gran presión a la que fue sometido el futbolista no le dejó rendir de la mejor manera en los primeros años de su carrera. Johan Cruyff sólo hubo uno y Jordi no era su padre, ni falta que hacía. Seguramente cuando entendió eso y maduró, pudo liberarse de aquella presión y disfrutar del fútbol.