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Josef Bican, máximo goleador de la historia del fútbol

Última actualización septiembre 18, 2020 por Javier Argudo

Josef Bican es, en la actualidad, y con permiso de lo que puedan conseguir en un futuro próximo jugadores como Cristiano Ronaldo o Leo Messi, el máximo goleador de la historia. En encuentros oficiales logró 805 goles en “apenas” 530 partidos superando los 757 goles de Pelé y los 749 de Romario, sus más inmediatos seguidores en la lista de los máximos goleadores de la historia.

Josef Bican nació en Viena, el 25 de septiembre de 1913, en el seno de una familia trabajadora, muy humilde. En su infancia vivió las penurias propias de la Primera Guerra Mundial, en la que su padre se vio obligado a participar, alistado en el ejército austriaco, y a la que sobrevivió, muriendo al poco de finalizar el conflicto por un cáncer de riñón.

Una infancia difícil

“Pepi” Bican, como tantos otros niños de la época, empezó a jugar al fútbol descalzo, para no estropear los únicos zapatos de los que disponía, por las calles de los barrios más pobres de la capital austriaca. Allí, descubierto casualmente por un entrenador, fue captado por el Hertha de Viena, club en el que también había jugado su padre en su juventud. A los dieciocho años fue fichado por el Rapid de Viena y firmó entonces su primer contrato como futbolista profesional.

En el Rapid logró la cifra de 52 goles en 49 partidos, siendo fichado por el Admira vienés, con un contrato que duplicaba lo que cobraba en el conjunto verdiblanco. Con la selección austriaca, un equipo que en la época era conocido como el “Wunderteam” (el equipo de ensueño). Además, en el año 1934, fue máximo goleador de la liga austriaca y disputó el Mundial de Italia, en donde la selección de su país natal finalizó en una meritoria cuarta posición. La mejor clasificación mundialista de Austria en toda su historia.

En 1938, cuando Hitler se anexiona a Austria, Josef Bican, se niega a afiliarse al partido nacionalsocialista, al que había criticado públicamente en más de una ocasión, y huye del país ante la evidente posibilidad de ser detenido, estableciéndose en Praga, en la vecina Checoslovaquia. Fichando entonces por el que sería el club más importante de su carrera deportiva, el Slavia.

Slavia de Praga
Josef Bican con la mítica indumentaria del Slavia de Praga (Medio Tiempo)

Pero el avance de las tropas de Hitler proseguía y con la llegada del ejército nazi al país, y el nacimiento del Protectorado de Bohemia y Moravia, es el fútbol el que le salva de ser detenido como opositor al régimen colaboracionista pronazi de la nueva nación y también de ser reclutado para el ejército. Con el fútbol con poca actividad, casi parado por la guerra, Bican desarrolló diversas tareas en la compañía ferroviaria nacional, aunque llegó a jugar un encuentro con la selección “nacional” del Protectorado y alguno más, de carácter amistoso, con su club.

Josef Bican rechaza a la Juventus

Tras la derrota de los alemanes en la Segunda Guerra mundial, Josef Bican se nacionalizó checoslovaco. Tuvo una oferta en 1948 para fichar por la Juventus, pero la rechazó al correrse el rumor de que en Italia se iba a proclamar una república comunista, y Bican, demócrata convencido, temió padecer una dictadura más. Dijo no a la Juve y se quedó en Praga.

Pocos meses después, fue el Partido Comunista Checo y Eslovaco, dirigido por Klement Gottwald, el que tomó el poder del país, aboliendo y prohibiendo el resto de partidos y gobernando el estado de forma dictatorial. Bican se negó a afiliarse al partido comunista y, desprestigiado por la prensa del nuevo régimen (los medios le acusaron de “burgués” y “traidor”), se vio obligado a abandonar Praga por recomendaciones de los nuevos dirigentes, “por su propia seguridad”.

Se marchó de la capital, instalándose en Viktovice, donde compaginó su trabajo en la siderurgia con el fútbol, jugando en el equipo local, el Zelezamy. Su manifiesta posición anticomunista hizo que se le prohibiera jugar al fútbol durante unos meses, con el objetivo de apartarle de “los medios”, pero su presencia en la selección era necesaria, y se acordó buscarle un destino que estuviera lejos de los focos mediáticos de la capital, pero que le permitiera seguir en forma para defender la camiseta de la selección nacional cuando fuera preciso.

Así, se le tramitó nuevamente ficha federativa y se le obligó a cambiar de ciudad y jugar con el modesto Hradec Králové, mientras simultáneamente (en contraposición con otros futbolistas de élite que sí se habían afiliado al partido comunista y que, por tal razón, podían dedicarse exclusivamente al fútbol) trabajaba de peón para la compañía ferroviaria checoslovaca.

Regreso al Slavia y retirada

Pero todo cambió en 1953, durante la celebración del Día del Trabajo, en la que el presidente checoslovaco, Antonin Zapotocky salió, como era costumbre, a recorrer las calles de Praga para darse un baño de multitudes en honor al régimen que gobernaba la nación. No fue así, la gente, a modo de velada protesta gritaba “Bican, Bican…”. Eso motivó que el propio presidente ordenara que el delantero regresara al Slavia, que por aquellos entonces ya se llamaba Dynamo, con plena dedicación al fútbol, con el fin de contentar al pueblo y de que no pudieran usar a un personaje socialmente relevante como símbolo de opresión o lucha alguna.

Josef Bican
Bican es toda una leyenda del club (Slavia de Praga)

Bican jugó en ese equipo hasta su retirada a los cuarenta y dos años. Luego, el régimen le obligó a volver a abandonar Praga y a seguir trabajando para la compañía ferroviaria. En su carrera deportiva, además de ser el máximo goleador de la historia, fue 6 veces internacional con Austria, 1 con Bohemia y Moravia y 14 con Checoslovaquia. Fue una vez máximo goleador de la liga austriaca, la antes referida en 1934, y diez veces de la checoslovaca, entre 1938 y 1950.

Bican fue un ariete completísimo. Un nueve extremadamente veloz (en sus inicios compaginó el fútbol con el atletismo, siempre en pruebas de velocidad, consiguiendo varias medallas en campeonatos juveniles en la especialidad de los cien metros lisos), un jugador que le pegaba con ambas piernas, fuerte, con gran técnica, buen remate de cabeza y muy eficiente dentro del área. Además, fue un especialista desde los once metros, donde transformaba los penaltis con una tremenda facilidad, siempre tirando a romper y ajustados a un poste, llegó a conseguir marcar más de una treintena, en su época del Slavia, sin fallar ninguno.

En definitiva, un delantero centro de lo más importantes que dio el fútbol aunque esto no impidió que Josef Bican muriera en una situación económica precaria en 2001, a los setenta y seis años de edad. Tras la caída de la dictadura comunista, fue rehabilitado por el nuevo régimen democrático, instaurando en su honor los premios “Libertad”, los más prestigiosos que concede cada año el gobierno checo en diferentes disciplinas relacionadas con la cultura, el deporte y la defensa de los derechos humanos.

 

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