Última actualización enero 8, 2021 por Javier Argudo
Luis Aragonés es leyenda del fútbol español en general y del Atlético de Madrid en particular. El que fuera jugador y técnico del club colchonero siempre se caracterizó por ser muy franco y directo a la hora de dirigirse a sus jugadores y a la prensa.
Especiales fueron siempre sus charlas y arengas motivadoras antes de un partido importante y la previa a la final de la Recopa de 1986 no fue una excepción.
El Atlético había alcanzando dicha final después de superar al Celtic de Glasgow, Bangor City, Estrella Roja y Uerdingen. Además, por el camino había conseguido proclamarse campeón de la Supercopa de España en la final a doble partido contra el FC Barcelona por lo que la moral estaba alta en el cuadro rojiblanco.
Sin embargo, el rival al que les tocaba enfrentarse era el temido Dinamo de Kiev que en aquella edición había arrasado a todos su rivales hasta plantarse en la final. Los soviéticos contaban con una hornada de futbolistas que formaban la columna vertebral de la selección de la URSS en aquel momento con nombres destacados como Blokhin, Belanov, Demyanenko o Zavarov.
ARAGONÉS: «NO LE DIGÁIS AL RESTO LO QUE HABÉIS VISTO»
Tal y como comenta en una entrevista al diario El Mundo El Pato Fillol, portero argentino que se había proclamado campeón del Mundo con su selección en 1978 y que sería el encargado de defender la meta rojiblanca en aquella final disputada en Lyon, el entrenador les dio una genial ‘charla’ que iba más allá del fútbol y les hizo una radiografía perfecta del rival que iban a tener enfrente. Sin embargo, lo más llamativo ocurrió en el entrenamiento previo al partido.
Luis Aragonés, junto a unos pocos jugadores atléticos, vieron trabajar a su rival en las gradas del Stade Gerland aquella tarde y ya se dieron cuenta que la cosa iba a estar muy complicada. Como comenta Fillol: «Vimos el final de la sesión y alucinamos. Hacían diagonales de 80 metros y pases milimétricos a toda velocidad. Un entrenamiento impensable antes de una final».
Por su parte, Quique Setién, uno de los jugadores más importantes del Atlético en aquella edición de la Recopa, cuenta las palabras de Aragonés: «Vámonos y no les digáis al resto lo que habéis visto».
Finalmente el Dinamo de Kiev consiguió una clara victoria por 3-0 mostrándose muy superior a su rival desde el inicio (de hecho se adelantó con un gol de Zavarov a los 5 minutos de partido). El Atlético tuvo sus opciones pero se vio superado por aquel conjunto que fue merecedor del título sin lugar a dudas y que acabó sentenciando el choque en la segunda parte, aprovechando que los colchoneros tuvieron que buscar el empate dejando espacios en defensa.