sábado, diciembre 21, 2024

El viejo Estadio de Los Cármenes, casa del mejor Granada CF de la historia

Última actualización marzo 22, 2024 por colgadosporelfutbol

Ese fenómeno social en que se ha convertido el fútbol está rodeado de símbolos. Símbolos con los que un grupo de personas se identifica y que, generación tras generación, interioriza y hace suyos. Escudo, colores, camisetas y como no, estadios. Esos espléndidos escenarios de alegrías y desilusiones.

Cada ciudad, cada equipo, tiene el suyo. Todos tienen su historia, con mayor o menor solera. Campos viejos, estadios nuevos. Todos ellos llenos de vivencias y de recuerdos. Pero como todo en la vida, los estadios también quedan sometidos al implacable paso del tiempo, a los trámites urbanísticos y la especulación del terreno.

“El Viejo” Los Cármenes fue la auténtica fortaleza del mejor Granada C.F. de la historia. Un coliseo por el que desfilaron los mejores futbolistas durante décadas. Majestuoso se levantaba delante del enigmático Monte del Sombrero. Adornado por una envidiable estampa: San Miguel, el Albayzin y, a lo lejos, Sierra Nevada.

El Estadio de Los Cármenes se construyó en 1934. Sin dinero para afrontar la obra, fue el apoyo popular (mediante aportaciones económicas) y el del presidente del club entonces, el arquitecto Fernández Fígares, los que lograron levantarlo. El propio presidente afinaba el proyecto con una fachada «de verdadera fantasía»: Un triple arco rojiblanco.

No hubo inauguraciones, ni grandes alardes. El campeonato empezó y el balón echó a rodar en el césped de un estadio todavía sin nombre que acogía a un dueño que estaba a punto de cambiar el suyo. El Recreativo Granada vencía al CD Malacitano y Calderón lograba el primer gol.

Por iniciativa popular el estadio se bautizó como las casas típicas granadinas (Carmen), la casa de todos los granadinos sería Los Cármenes. Un estadio de primera división durante 17 temporadas. Hincaron la rodilla uno a uno los grandes de la liga. En 4 ocasiones el Madrid, otras 4 el Barça, 8 el Atlético

La maldición del viejo estadio

Con el terreno de juego más grande de toda la competición, se convirtió en un campo temido por todos los rivales. En él un equipo aguerrido hacía de cualquier metro del terreno de juego una trinchera y una afición entregada hacía de sus gradas un continuo bombardeo. Sin embargo, como si fuera víctima de un terrible mal de ojo, en sus más de sesenta años de vida deportiva, jamás acogió una celebración del Granada C.F. Orgulloso veía desde la lejanía como sus pupilos regresaban triunfantes desde cualquier provincia española con un ascenso de categoría bajo el brazo.

Fiel compañero en el inicio de las vacas flacas del Granada CF, pronto fue desatendido. El doloroso paso del tiempo lo convirtió en una molesta mole de hormigón, repudiada y olvidada. Mientras el club se sumía en su particular edad oscura, el estadio se convirtió en un gigantesco lastre que impedía el resurgir del histórico. Los Cármenes quedó relegado a un cementerio de sueños. No tardaría en ser sacrificado en beneficio de éste, que vendía su único patrimonio a cambio de un salvavidas pinchado.

El antiguo coloso tuvo una despedida calamitosa. Al igual que en su nacimiento, tampoco hubo actos festivos. En 1995 el “antiguo” Los Cármenes decía adiós, hastiado, agujerado y corrompido. Poco fútbol en un tedioso partido de 2ªB, apenas 500 fieles sentados en el hormigón agrietado, vieron empatar a su Granada con el Sevilla B. Roberto Valverde tuvo el honor de anotar el último tanto nazarí.

El nuevo estadio de Los Cármenes

Unos meses antes había nacido el Nuevo Los Cármenes, municipal, arrendado al Granada CF. El Viejo, desde la lejanía, por fin vio un acto de inauguración. Lo hizo abochornado, Real Madrid mediante.

Encallado en los trámites urbanísticos, esperaba un final que, año a año, fue más cruel. Abandonado, repudiado y prácticamente descuartizado aguantaba en pie sirviendo como parking de vehículos. Durante meses el terreno de juego compartía entrenamientos y coches. Pronto el balón dejaría de rodar, ya solo lo harían los neumáticos.

Llegó 2003 y comenzó su derribo, su entierro. Se convirtió en polvo, igual que cualquiera de los granadinistas. Porque bien es cierto que aquel gigante de hormigón latía con sangre rojiblanca.

Pocos han sido los recuerdos de la ciudad de Granada a aquel espacio que tanto le dio. Entre ellos, el más bonito, la portada del ferial de 2006. En la semana señalada de Granada, sus fiestas del Corpus y en el sitio clave, emergía más fuerte que nunca el Antiguo Los Cármenes. Un acto que parecía ser un intento de reconcilio de la ciudad con uno de los hechos más bochornosos del boom urbanístico.

Una reconciliación que un sector del granadinismo sigue demandando. Aquella “fachada de fantasía”. Aquella entrada a tantos sueños. Aquellos arcos, que quedaron en la memoria como un auténtico símbolo granadinista, claman ser rescatados del olvido.

LO MÁS LEÍDO ESTA SEMANA

El Real Madrid 1995-96, el peor de la historia moderna

El Real Madrid 1995-96 fue una auténtica ruina. Un...

Alphonse Tchami: El camerunés de Boca Juniors que goleó en la Bombonera

En 1995, Boca Juniors sorprendió al mundo del fútbol...

El ‘Gato’ Ablanedo, uno de los mejores porteros de la historia de España

Es, sin duda, uno de los olvidados del fútbol...

El Mundial sub 20 de 1979 en Japón: El primero de Maradona

El Mundial sub 20 de 1979, celebrad0 en Japón...

Equipos con más finales perdidas en la historia de la Champions League

Dicen que del segundo nadie se acuerda y, en...

Related Articles

Popular Categories

spot_imgspot_img
error: Content is protected !!