Última actualización marzo 26, 2019 por Javier Argudo
El CD Logroñés es uno de esos clubes fetiche de los amantes del fútbol romántico de finales de la década de los 80 y 90 en España. El conjunto riojano siempre ha sido uno de los más carismáticos de la época así como su estadio de Las Gaunas.
EL LOGROÑÉS ROZA EL ASCENSO
Sin embargo, hay cosas de la historia del club rojiblanco que para muchos pueden pasar desapercibidas si no se analizan en profundidad. El Logroñés estuvo a punto de lograr su primer ascenso a Primera División en la temporada 1951-1952 en la que finalizó en segunda posición en Segunda División Norte, únicamente por detrás del Real Oviedo que finalizó primero y ascendió de forma directa.
Por su parte, el club riojano tuvo que disputar la promoción de ascenso contra Mestalla, Sporting de Gijón, Santander, Ferrol y Alcoyano finalizando en quinta posición por lo que se quedó a las puertas.
Fue la siguiente temporada 1952-1953 cuando el CD Logroñés se convirtió en filial del Valladolid. Del equipo blanquivioleta, que por aquel entonces militaba en Primera División, llegaron varios jugadores cedidos, en concreto 9, dentro del convenio entre ambos clubes. Entre ellos destacaron el portero Mambrilla y el defensa Esquisabel, que llegaron a debutar en Primera con los vallisoletanos.
El objetivo de los rojiblancos para esa campaña era meterse de nuevo entre los tres primeros para disputar la promoción de ascenso pero no pudo ser y el Logroñés se tuvo que conformar con la quinta plaza. Al finalizar la temporada, el club riojano decidió romper de forma unilateral el acuerdo con el Real Valladolid al considerar que no se estaba cumpliendo con lo acordado por lo que la unión entre ambos duró un solo año.
La siguiente temporada llegaron los problemas económicos que han perseguido a lo largo de la historia al equipo de Logroño y después de varias temporadas negativas en lo deportivo se produjo el descenso en la 1956-1957 por lo que el sueño de Primera debería esperar, concretamente 30 años más.