Última actualización marzo 20, 2019 por Javier Argudo
El verano de 1997 fue muy movido en lo que al mercado de fichajes se refiere. Una temporada antes se había rebautizado con el nombre de ‘La Liga de las Estrellas’ al campeonato español y las cifras que se empezaban a manejar y a pagar por los grandes futbolistas comenzaban a dispararse. Ese año nació una rivalidad entre el FC Barcelona y el Deportivo de la Coruña.
Dos fueron los movimientos que coparon todas las portadas y que centraron todas las miradas en la recta final del mercado de fichajes aquel verano previo al inicio de la temporada 1997-1998. Ronaldo, después de una temporada espectacular en el FC Barcelona, apuntaba al Inter y el conjuntó culé tenía decidido cual iba a ser su sustituto, Rivaldo.
El futbolista brasileño era la auténtica estrella del Deportivo y formaba junta a Djalminha, Mauro Silva y Flavio Conceiçao un centro del campo de ensueño. Pero todo se empezó a torcer un 14 de agosto de 1997, en la previa a la final del Teresa Herrera que enfrentó al conjunto gallego y al PSV y que finalizó con empate a dos alzándose con el trofeo el equipo local en la tanda de penaltis.
EL BARÇA PAGA LA CLÁUSULA DE RIVALDO
Según cuenta La Voz de Galicia esa misma mañana Lito Miguez, el agente que había llevado a Coruña a Bebeto y Mauro Silva, recibe la llamada de Alberto Toldrá para que le comunique a Rivaldo que el Barça está dispuesto a pagar los 4.000 millones de pesetas de su cláusula de rescisión. El brasileño, después de consultarlo con su mujer y con el propio Mauro, decide aceptar y vestir la camiseta azulgrana.
Esa misma noche, después del partido, Rivaldo viaja a Barcelona para firmar por 6 temporadas a razón de 500 millones por temporada. En ese momento comienza el cruce de declaraciones entre ambas directivas. Augusto César Lendoiro, herido en su orgullo, amenaza con ‘robar’ a Ronaldo al Barcelona a lo que Joan Gaspart contesta: «El Dépor no tiene ni para una bota del fútbolista».
Finalmente, Ronaldo fichó por el Inter de Milan por 6.000 millones de pesetas. Rivaldo se vistió de azulgrana y el Dépor, sin casi tiempo para reaccionar, se hizo con Abreu, Manteca Martínez y Scaloni entre otros. Los blanquiazules finalizaron aquella temporada en la mitad baja de la tabla más pendientes de la zona baja de la tabla que de los puestos europeos.