Última actualización octubre 24, 2019 por Javier Argudo
La relación entre el Real Betis y el Sevilla Fútbol Club nunca ha sido demasiado buena ni a nivel de clubes ni de sus respectivas aficiones. Sin embargo, un hecho ocurrido en la temporada 1945-1946, en la que el conjunto de Nervión consiguió la que, hasta el momento, es su única Liga, supuso un antes y un después.
El ‘caso Antúnez’
Fue conocido como el ‘caso Antúnez’ y no afectó únicamente a los dos clubes más importantes de la ciudad de Sevilla sino que tuvo consecuencias en las altas esferas del fútbol español. Vayamos por partes.
Francisco Antúnez nació en Sevilla en el año 1922 y comenzó su carrera futbolística en el conjunto de Nervión. Cuando militaba en los juveniles del club sevillista fue fichado por el Real Betis, que por aquel entonces jugaba en Segunda. Era la temporada 1941-1942 y los béticos logran el ascenso a Primera con aquel joven centrocampista defensivo jugando sus primeros partidos como profesional con tan sólo 19 años.
Sin embargo, esta nueva andadura en la máxima categoría duraría muy poco y el conjunto verdiblanco vuelve a descender. Antúnez consigue la titularidad y se convierte en un futbolista importante las siguientes tres campañas. Con 23 años y mucho más maduro, el Sevilla Fútbol Club se interesa en él para incorporarlo a su plantilla. Como es lógico, la noticia no sienta nada bien en la afición bética.
Los problemas económicos del Real Betis
El Real Betis tenía graves problemas económicos, de hecho, la directiva adeudaba alguna mensualidad a la plantilla y el traspaso de Antúnez podía ser la solución. Ambas directivas se reúnen en casa del presidente bético, Eduardo Benjumea, el 23 de enero de 1945 y alcanzan un acuerdo por el cual el Sevilla pagará 80.000 pesetas de la época a la entidad verdiblanca. Una suma muy importante en aquellos años.
Si la afición del Betis ya estaba ‘mosca’ con el interés de su eterno rival en uno de los puntales de su equipo, ahora que el acuerdo era un secreto a voces la ira fue descargada hacia su propia directiva. Por este motivo, Benjumea (que no había firmado ningún documento todavía) decide dar marcha atrás. Es aquí donde la figura de Carlos Hernández, vicepresidente del club, cobra importancia ya que será el que asuma la responsabilidad de la operación y firme el contrato.
De esta manera, Antúnez cambia la camiseta del Betis por la del Sevilla que le cita de forma inmediata para el siguiente partido en Chamartín contra el Real Madrid. Según parece, una multitud de aficionados béticos acudieron a la estación de trenes para impedir que el futbolista viajara con la expedición sevillista. Por si fuera poco, el presidente del Real Betis envía a un notario para levantar acta en el caso de que el jugador suba a dicho tren.
Francisco Antúnez no aparece por la estación pero porque en realidad emprende el viaje por su cuenta en coche hasta Córdoba donde se une al resto de sus compañeros. No sólo juega el partido contra el Real Madrid (que finaliza en empate) sino que disputa los 10 partidos que quedaban para finalizar aquella Liga 1945-1946 y que, casualidades de la vida, gana el Sevilla Fútbol Club.
El ‘caso Antúnez’ fue noticia a nivel nacional. El Real Betis al ver que el futbolista juega el partido en Madrid denuncia el caso ante la Federación Sur que presidía Antonio Calderón pero ésta da por bueno el traspaso. El club verdiblanco recurre el caso a la Federación Española que advierte al Sevilla del riesgo que corre al alinear al futbolista.
La Delegación Nacional de Deportes da la razón al Real Betis
Finalmente, un par de semanas después, la Federación Española da la razón al Sevilla Fútbol Club que, como dijimos antes, consigue su primer y único título de Liga con Antúnez como uno de los refuerzos clave. Pero si piensan que la cosa quedó ahí… están muy equivocados.
Con la competición finalizada, la Delegación Nacional de Deportes, a la que el Real Betis había recurrido, da la razón al club bético. El jugador debe regresar a Heliópolis. Es aquí cuando el club decide impugnar la Liga obtenida por el Sevilla ya que considera que deben darle por perdidos todos los partidos que juega Antúnez (un total de 10). Esto no sólo supondría perder la título sino que acarrearía el descenso de categoría.
Esta última reclamación no prospera y la Delegación Nacional de Deportes decide que el título del Sevilla es válido pero que, en efecto, el futbolista es del Betis. De hecho, Antúnez llega a jugar un amistoso más con los verdiblancos pero al estar el equipo en Segunda División y ante la posibilidad de que tuvieran que devolver parte del dinero del traspaso, finalmente, regresa al Sevilla.
Ante todo este lío comienza el carrusel de dimisiones. Dimite el presidente de la Federación Española de Fútbol, el de la Federación Sur así como el Presidente del Real Betis. Desde luego, un caso muy curioso que abrió heridas que, seguramente, todavía están por cicatrizar.