Última actualización marzo 5, 2020 por Javier Argudo
En 1982 se estrenó la película ‘Todo es posible en Granada’ dirigida por Rafael Romero Marchent con Manolo Escobar y Tessa Hood como protagonistas. El título de la cinta no puede venirnos mejor para contar la siguiente historia, ocurrida unos cuantos años antes.
En el fútbol hay muchas maneras de tocar la gloria, siempre en relación y directamente proporcional a la grandeza o humildad de cada club. En algunos casos se manosea, en otros apenas se roza. Sea como fuere, ese partido siempre queda guardado con letras de oro en la historia de un club y en la memoria de su hinchada.
Muchos desconocen cuál fue el partido en el que el Granada CF pudo inhalar la esencia de la gloria. Algunos podrían pensar que sería en algún ascenso a la máxima categoría o algún partido glorioso del Granada de los setenta, el mejor equipo que defendió la camiseta rayada. Pero no… hay que retroceder más en el tiempo para encontrar a ese Granada campeón, o mejor dicho, como no podría ser de otra manera para un club humilde, subcampeón.
Viajamos a la temporada 58/59, curiosamente una liga en la que el Granada merodeó con el descenso, finalmente quedó en puestos de promoción, una eliminatoria que quedó pendiente de jugar una vez fuera apeado de la competición del K.O. (eran otros tiempos en los que la Copa no era del Rey –era del Generalísimo- y se jugaba una vez que la competición liguera había concluido). Nadie acertaba ni siquiera a imaginar que aquella eliminatoria fatal frente al Sabadell se jugaría dos meses después, por medio discurrieron las ocho semanas que, seguramente, hayan sido las más gloriosas del Granada CF.
“Kalmar y el Granada consiguieron en 56 días de felicidad colectiva una hazaña difícil de igualar y mucho más, de superar”.
José Luis Entrala y José Luis Ramos. Historia de Granada C.F.
La Copa del Generalísimo arrancó para el Granada el 26 de abril, seguramente con la cabeza puesta en el partido de promoción, lo que hoy se diría “tirar la copa”. Sin embargo logrará una de las mayores goleadas en décadas al encajarle ocho goles al Elche en el partido de ida. La siguiente ronda, los 1/8 de final, lo emparejó con el Cádiz, equipo al que batirá ampliamente (6-0 y 4-3). Los cuartos de final le cruzaron con el filial madridista, por entonces denominado Plus Ultra y que venía de eliminar a Deportivo de la Coruña y Real Sociedad, lo que demostraba su gran potencial, aunque los granadinos se impondrán por un claro 7-2 global para soñar con las semifinales donde les esperaba un gran Valencia que había acabado en cuarto lugar en la competición liguera.
La gran final
En la ida, un aguerrido Granada consiguió imponerse por la mínima. Idéntico resultado se dio en la vuelta, aunque repleto de polémica al anularse un gol al Granada. En tiempos donde no existían ni prórrogas ni penaltis, todo se decidió en un tercer partido en campo neutral. Un partido extra jugado en el Bernabéu donde el equipo nazarí pasó por encima del conjunto ché, 3 a 1 y… ¡a la final de copa!
En la finalísima esperaba el Barcelona, flamante campeón de liga. Con el entrenador de moda Helenio Herrera, el conjunto culé era una agrupación de estrellas: Ramallets, Segarra, Villaverde, Kocsis, Eulogio Martínez, Luis Suárez, etc. En frente un Granada cuya mejor arma era la ilusión, algo que se mostró como insuficiente frente al rodillo azulgrana pues a los diez minutos de juego ya se imponía por dos tantos. Como históricamente siempre ha demostrado, el club de la “Eterna Lucha” no se amilanó y consiguió acercarse en el marcador e incomodar al Barcelona, incluso reclamando dos penaltis no señalados, pero el conjunto catalán acabaría imponiendo su clase y firmaría dos tantos más en los veinte minutos finales. Un claro 4-1 daba la decimocuarta Copa al FC Barcelona y despertaba al Granada del sueño más bello que jamás vivió.