Bebeto fue uno de los clásicos de LaLiga de los 90. FOTO: Captura Youtube
Si la década de los ochenta había comenzado con el dominio de los equipos vascos y terminado con el monopolio del Real Madrid, en los noventa el Barça de Cruyff tomó el relevo del Madrid de la Quinta del Buitre. El conjunto blanco sumó en 1990 su quinto título liguero consecutivo, pero desde el 91 el Barça conquistó cuatro campeonatos. En tres de ellos llegó a la última jornada en el segundo puesto. Fueron los dos descalabros del Real Madrid en Tenerife y la Liga del penalti fallado por Djukic. Tras esas cuatro ligas azulgranas, el Real Madrid conquistaría dos títulos (95 y 97), el Atlético uno (96) y el Barça dos (98 y 99) antes que el Depor lograra por fin su Liga en el año 2000.
En ese contexto, resulta comprensible que entre los jugadores más destacados de ese decenio sean mayoría los que vistieron la camiseta azulgrana.
En los primeros años de los noventa una de las estrellas de la Liga fue Paulo Futre. El portugués llegó al Atlético como una promesa electoral de Jesús Gil en el año 87 tras haber conquistado la Copa de Europa con el Porto y el Balón de Plata. En las seis temporadas que vistió de rojiblanco en su primera etapa (regresó en 1997 para jugar 10 encuentros) se convirtió en el ídolo de los hinchas del Calderón y en una pieza clave del equipo que ganó las Copas del Rey de los años 1991 y 1992, además de ser subcampeón liguero en 1991. Tras su retirada volvió al Atlético como director deportivo y colaboró en el retorno a Primera.
Bebeto es posiblemente la cara más recordada del Superdepor que construyó Lendoiro y que hizo historia. Es cierto que en su debe queda el recuerdo de que no quiso lanzar el penalti que pudo darle al equipo gallego la Liga del año 94. Donato, el encargado, no estaba sobre el césped, Bebeto se negó y Djukic erró. Pero Bebeto, que llegó a La Coruña convencido por unas fotografías de la playa gallega, hizo historia en Riazor, marcando en cuatro años en el Depor (93-96) 102 goles en 154 encuentros y logrando en 1993 el primer trofeo Pichichi del club con 29 goles.
Ronaldo Nazario de Lima sólo jugó una temporada en los noventa en el fútbol español, pero sus actuaciones dieron para mucho. Llegó al Barça del PSV por un traspaso récord de 2.500 millones de pesetas y se fue al Inter un año después, en 1997, cuando ganó el Balón de Oro, pagando los 4.000 millones de pesetas de su cláusula. En esa temporada conquistó la Copa del Rey, la Recopa y la Supercopa de España, finalizando subcampeón de Liga. En esas cuatro competiciones marcó 47 goles en 49 partidos y dejó imágenes para el recuerdo, como un espectacular gol al Compostela en una de las mejores jugadas de la historia. Regresaría a España en 2002, cuando ganaría su segundo Balón de Oro, para jugar 5 temporadas en el Real Madrid.
Rivaldo dejó huella tanto en el Deportivo, donde militó en la temporada 96-97, como en el Barça, donde jugó los cinco años siguientes, conquistando dos Ligas y una Copa del Rey y marcando 130 goles. Además de por su calidad futbolística, pasó a la historia por ser el primer jugador en la historia del fútbol español que abandonó un equipo pagando su cláusula de rescisión. Núñez abonó in extremis al Deportivo los 24 millones de euros para lograr su libertad y compensar el adiós de Ronaldo.
Si Butragueño fue el crack madridista de los ochenta, el que lo relevó en la delantera sería el icono del Real Madrid de los noventa. Valdano confió en Raúl González Blanco cuando tenía sólo 17 años y pertenecía al tercer equipo. Pero en octubre de 1994, las bajas llevaron al hispanoargentino a arriesgar mirando a la cantera. Y Raúl, excanterano del Atlético, comenzó ese día una carrera gloriosa. Dieciséis temporadas en el Real Madrid en las que ganó 16 títulos y el hecho de convertirse en el máximo goleador en la historia del club y el jugador con más partidos jugados como madridista le convirtieron en leyenda.
Además de los mencionados Futre, Bebeto, Ronaldo, Rivaldo o Raúl, también pasaron a la historia en los noventa otros jugadores de obligada mención como Stoichkov y Romario en Can Barça, Roberto Carlos en Chamartín o Julen Guerrero ,abanderado del Athletic y ejemplo de fidelidad a unos colores.
Fue un decenio en el que el Deportivo, el Atlético y el Valencia amenazaron la supremacía del Barça y del Madrid. Hoy, el equipo gallego intenta resurgir tras su caída a Primera RFEF y el conjunto ché está en riesgo de caer a La Liga SmartBank. La Liga continúa más fuerte que nunca, siendo una de las ligas más seguida en todo el mundo. Hacer un seguimiento de los pronósticos de apuestas deportivas en SOSapuestas puede ser una gran ayuda, ya que auguran que continuará el dominio de los azulgranas y blancos. El Atlético se ha quedado en los últimos años como su única amenaza.
