Román Soto, el portero que paró 7 penaltis en un Racing-Sporting

Román Soto, el portero que paró 7 penaltis en un Racing-Sporting
Formación del Sporting de Gijón en 1919. El portero 'parapenaltis' Román Soto aparece en el centro de la imagen.

Hace un tiempo os contábamos la historia del partido con más penaltis de la historia de la Liga española. Hoy queremos centrarnos en uno de carácter amistoso celebrado en 1921 en el que todavía se lanzaron más y tuvo como protagonista a Román Soto.

El guardameta del Sporting de Gijón fue capaz de parar 7 penaltis de los 8 que le lanzaron, algo insólito. Este hecho se produjo en los Campos de Sport del Sardinero y el rival era el Racing de Santander. El artífice de semejante despropósito fue el árbitro santanderino Fermín Sánchez Álvarez.

El Sporting había acudido invitado a la capital cántabra para disputar un partido amistoso de homenaje al aviador torrelaveguense Joaquín Cayón, presente en el mismo y que era una figura muy popular en la España de la época. En enero de ese mismo año, el ayuntamiento de su ciudad natal ya le había dedicado una calle y se había convertido en el aviador español por excelencia.

Dicho homenaje consistía en un partido de fútbol entre el equipo anfitrión, el Racing de Santander, y el Sporting de Gijón. Al inicio del mismo se realizó un acto protocolario de homenaje al citado piloto. En lo referente a lo puramente futbolístico, el encuentro comenzó de forma muy positiva para el conjunto rojiblanco, dominio absoluto y Meana dando un recital de juego.

EL ‘SHOW’ DE FERMÍN SÁNCHEZ ÁLVAREZ

El árbitro en una jugada absurda señaló un penalti por un supuesto empujón a un delantero racinguista. El penalti lo lanzó la figura del conjunto cántabro, el internacional vizcaíno Francisco Pagaza, parándolo el portero Román Soto, sin embargo el rechace cayó a los pies del vizcaíno, abriendo el marcador. Pocos minutos después, el delantero gijonés Palacios, que años más tarde pasaría a la historia por ser el autor del primer gol en la máxima categoría del Atlético de Madrid, empató el partido al rematar un centro de Corsino.

Cinco minutos más tarde el colegiado señalaría otro penalti. Volvió a lanzarlo Pagaza y a detenerlo Soto, pero el árbitro, alegando que había entrado en el área un defensor sportinguista, mandó repetirlo hasta en dos ocasiones, volviendo a detener ambas el cancerbero gijonés. Así se llegó al descanso. Con un empate a uno y con cuatro penas máximas paradas por el portero del conjunto rojiblanco.

El segundo tiempo comenzó como había acabado el primero. Nuevo penalti en contra del Sporting que Román envía a córner. Fermín Sánchez vuelve a ordenar repetirlo dos veces más. La primera es detenida por el guardameta y la segunda repetición es enviada directamente fuera. Era el octavo lanzamiento de penalti y los ánimos estaban muy caldeados. Pese al escandaloso arbitraje el partido finalizó con empate a un gol.

TANGANA FINAL

Nada más acabar el encuentro se formó una auténtica tangana entre los jugadores sportinguistas y el colegiado y los jugadores santanderinos. El escándalo fue mayúsculo y los futbolistas del Sporting tuvieron que salir protegidos por la policía ante el enfado que mostraban contra ellos el público de El Sardinero, responsabilizándoles de los momentos violentos que se vivieron en el referido encontronazo entre los jugadores de uno y otro equipo.

Probablemente fue el mayor y más descarado “robo” arbitral sufrido jamás por el equipo gijonés. Poco después de este encuentro, el guardamenta Román Soto Amado, abandonaría el fútbol, ya que junto con su compañero de equipo Adolfo Trapote Junquera, se incorporarían al ejército español al ser llamados a filas para luchar en la guerra de Marruecos. Sus dos años de vida militar cortaron su carrera deportiva, y a la vuelta de la guerra, decidió dedicarse a sus negocios, desvinculándose por completo de cualquier relación con el fútbol.

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