Última actualización junio 14, 2022 por Javier Argudo
El fuera de juego, offside, fuera de lugar u orsay es una de las reglas más difíciles de explicar a un aficionado al fútbol novato. En este artículo repasaremos qué es, cuándo y para qué se inventó y cómo ha ido evolucionando desde su creación hasta nuestros días.
En el primer reglamento del fútbol, creado en el año 1863, ya aparece la regla del fuera de juego. En un principio, cualquier jugador que recibiera el balón adelantado incurría en situación antirreglamentaria. Esto es debido a que, en aquellos primeros años, era muy habitual que un equipo atacara con casi todos sus futbolistas en paralelo, por clara influencia del rugby.
Tan sólo tres años después, en 1866, se modifica la norma. Es la conocida como ‘regla de los tres oponentes’. Un jugador estaba en fuera de juego si se encontraba más cerca de la línea opuesta que el balón y el antepenúltimo adversario.
El objetivo de esta norma fue evitar que los delanteros conocidos coloquialmente como ‘palomeros’ o ‘chupapostes’ pudieran esperar junto a la portería para marcar gol. Sin embargo, hubo un futbolista que provocó que la norma tuviera que modificarse y perfeccionarse por el bien del fútbol.
Bill McCracken y el fuera de juego
Bill McCracken fue un defensa norirlandés que fichó por el Newcastle United en la temporada 1904-1905. Pronto, ideó un plan para provocar que los atacantes rivales cayeran continuamente en fuera de juego. Junto a su compañero Frank Hudsperth formó la pareja de defensas de las urracas en una época en la que era habitual utilizar un sistema 1-2-3-5.
El ‘truco’ consistía en adelantar su posición cuando un rival iba a recibir la pelota, dejando a Hudsperth como único jugador entre el atacante y el portero. De esta forma, McCracken llegaba a desesperar no sólo a sus rivales sino también al público que cada vez se aburría más debido a los pocos goles y las numerosas interrupciones de juego que había en los partidos.
Lejos de tratar de solucionar este problema, el resto de equipos copiaron la táctica del Newcastle, que por cierto ganó tres ligas casi consecutivas y se convirtió en el equipo a batir en Inglaterra. De esta forma, la cantidad de goles anotados cayó en picado, al igual que la asistencia de espectadores a los estadios. Había que buscar una solución urgente.
Hubo que esperar hasta 1925, dos años después de que Bill McCracken colgara las botas, para que llegara el fuera de juego que conocemos actualmente. Así, un atacante incurre en situación antirreglamentaria si recibe la pelota y sólo hay un rival (normalmente el portero) antes de la línea de gol.
De esta forma, volvieron a llegar los goles y el público volvió a engancharse a un deporte que en la actualidad es seguido por miles de millones de espectadores en todo el mundo. Curiosamente, aquella ‘trampa legal’ puso en serio peligro su existencia.