Última actualización abril 11, 2019 por Javier Argudo
El 5 de enero de 1975 se disputó en el Estadio Santiago Bernabéu el gran partido de la jornada entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Aquel día, todas las miradas estaban puestas en la gran estrella culé, Johan Cruyff, sin embargo, el futbolista que se iba a dar a conocer al mundo iba a ser otro: José Antonio Camacho.
El Barça llegaba al coliseo madridista después de haber logrado una histórica victoria la temporada anterior venciendo por 0-5 en la que fue la primera temporada de Cruyff en España. Ahora, el conjunto dirigido por Rinus Michels llegaba como segundo clasificado por detrás del propio Real Madrid.
El club blanco había dado un giro de timón que de momento funcionaba. Esa temporada 1974-1975 llegó al banquillo el técnico yugoslavo Miljan Miljanic y algunos fichajes como el alemán Breitner que se unía a su compatriota Netzer.
El conjunto azulgrana llegaba a la cita con tres puntos de desventaja sobre su rival por lo que necesitaba la victoria. Era el Barça de Cruyff, Neeskens, Rexach y compañía pero contaba con la sensible baja del peruano Sotil que estuvo todo el año entrenando con el equipo pero sin poder jugar por el cupo de extranjeros en lo que lograba la nacionalidad española.
CAMACHO, LA SOMBRA DE CRUYFF
El técnico merengue tuvo claro que la debacle de la temporada anterior no podía repetirse y para ello tuvo un plan que no era otro que convertir a Camacho en la sombra de Cruyff. Aquel joven de 19 años había subido del Castilla, filial madridista, la temporada anterior, precisamente después de la victoria del Barça por 0-5 en el Bernabéu.
El plan salió a la perfección. Camacho persiguió a Cruyff por todo el campo no dejándole apenas espacio para recibir el balón. No importaba lo que hiciera el crack holandés, allí estaba aquel joven tan disciplinado a un metro de su rival.
Aquel marcaje llegó a desesperar al holandés que recibió la tarjeta amarilla por sus constantes protestas al árbitro. Camacho, en una entrevista posterior, afirmó:
“La consigna era que no la cogiera, porque si se iba podía inventar cualquier cosa. Era como Messi ahora, que si te hace cuatro, tres son de gol y la otra es directamente gol. Así que yo, todo el rato a su lado. ¡Si se llega a ir al baño me voy con él!”.
El Real Madrid venció por 1-0 con un solitario gol de Roberto Martínez (delantero que había llegado esa misma temporada procedente del RCD Espanyol) y acabó ganando la Liga con 12 puntos de ventaja sobre el Real Zaragoza y 13 sobre el FC Barcelona.
A partir de aquel día Camacho pasó a ser mundialmente conocido por haber logrado anular al mejor jugador del mundo y no tardaría vestir la camiseta de España y convertirse en uno de los grandes futbolistas de la historia del conjunto madridista.