Última actualización enero 3, 2020 por Javier Argudo
El mundo del fútbol está lleno de anécdotas de lo más curiosas. Una de ellas es la que protagonizaron el Castilla y el Bilbao Athletic, filiales de Real Madrid y Athletic Club respectivamente, en la temporada 1983-1984 cuando ambos militaban en Segunda División.
En aquella campaña coincidieron varios filiales en la división de plata del fútbol español. Además de Castilla y Bilbao Athletic, Barcelona Atlètic y Atlético Madrileño (segundos equipos de Barça y Atlético de Madrid) completaban el póquer de filiales que debían codearse con históricos como Hércules, Real Oviedo, Celta de Vigo, Deportivo de la Coruña o Las Palmas entre otros.
Unos años antes el Castilla había hecho historia alcanzando la final de la Copa del Rey que le enfrentó, precisamente, al Real Madrid. El primer equipo merengue derrotó a su filial por un contundente 6-1 y a partir de aquí los filiales ya no disputaron esta competición. Sin embargo, sí podían hacerlo, como ocurre en la actualidad, en Segunda, Segunda B o Tercera como uno más.
CASTILLA CAMPEÓN DE SEGUNDA DIVISIÓN
De esta forma, aquella temporada 1983-1984 originó que Castilla y Bilbao Athletic consiguieran algo histórico. Merengues y leones lograron quedar primero y segundo respectivamente empatados a 50 puntos (por aquel entonces las victorias sumaban 2 puntos). De esta manera, de haberse tratado de cualquier otro equipo hubieran logrado el ascenso a Primera División.
Esta fue la única vez en la historia de la Liga española que un filial se ha proclamado campeón de Segunda y también la única en la que dos han ocupado las dos primeras posiciones. Lógicamente, ninguno pudo ascender por lo que Hércules, Racing de Santander y Elche (tercero, cuarto y quinto clasificado respectivamente) lograron el ascenso a la máxima categoría.
Aquel Castilla (dirigido por una leyenda como Amancio) contaba con una hornada de futbolistas que haría historia en los siguientes años en el primer equipo y que fue conocida como ‘La Quinta del Buitre’. Algunos de los miembros de aquella plantilla eran Ochotorena, Sanchís, Míchel, Butragueño, Martín Vázquez, Pardeza… todos ellos con una edad comprendida entre los 18 y los 22 años.
Por su parte, el Bilbao Athletic (entrenado por el mítico Iribar) contaba con futbolistas como el guardameta Iru, los hermanos Salinas (Patxi y Julio, el cual finalizó como Pichichi de la competición con 23 goles por delante de Butragueño que hizo 21), Andrinúa, Pizo Gómez... etc.
El papel de Barcelona Atlétic y Atlético Madrileño también fue digno. Los azulgrana finalizaron en séptima posición mientras que los rojiblancos sufrieron algo más pero evitaron el descenso al acabar en la decimocuarta plaza.