Última actualización octubre 16, 2020 por Javier Argudo
Madrid o Barça. Messi o Cristiano. FIFA o PES. El fútbol moderno parece plantearnos dicotomías ineludibles, dirigiéndonos hacia una segmentación u otra de un producto de forma artificiosa. Sí, tenemos un deporte en el momento álgido de su historia pero, ¿a qué precio?
Disquisiciones aparte y centrando la mirada en los videojuegos de fútbol, los albores de los 90 no habían visto aún ni a FIFA Football ni a Pro Evolution Soccer, y los ordenadores y consolas de la época recibieron, de británico acento, uno de los juegos más aclamados de su generación: Sensible Soccer. Charnego Internatiolaff Soccer es un homenaje, o quizás un puñetazo en el hígado a ese juego.
Nosotros somos Charnego Translations. Es posible que nos conozcáis por nuestras anteriores obras como La Lellenda de la Cerda (sic), Yonkey Island, Tecmo Atleti, El Litri en busca del Odrogoban perdido y otros atentados a la cultura. En colaboración con prestigiosos (mentira) estudios como Frikipedia Networks y Enloartolameza Studios estamos trabajando en un dedo medio que se yergue en la mano contra el fútbol moderno, una sempiternamente inconclusa obra de lo mundano a lo casposo. Fútbol retro, de cerveza y papas fritas. Aquí no hay Cristianos Ronaldos (dado que sería imposible por derechos de imagen), sino un balón Mikasa mojado directo a tu jeta.
Para quien conozca Sensible Soccer (el “Sensi”) la jugabilidad de Charnego Internatiolaff Soccer será familiar: fútbol sin concesiones que ofrece una experiencia directa y totalmente arcade en vista cenital. Veintidós jugadores, una pelota bailonga y ninguna pregunta a contestar. ¿Qué tiene que aportar entonces este juego? Pues el habitual estilo barriobajero y de mal gusto que ofrecen las producciones charnegas. Equipos ya desaparecidos, selecciones estúpidas, comentarios hirientes son algunas de las características que lo definirán, así como ketchup prima saltando cuando se produce una entrada particularmente virulenta.
Las posibilidades del juego son prácticamente parejas al que pretende imitar: partidos amistosos o torneos de uno o dos jugadores (o ninguno, si simplemente quieres ver el partido), posibilidades ilimitadas a la hora de añadir nuevos equipos, aunque esta vez con un modo de mejor dificultad para que el esférico no huya al primer quiebro brusco que intentemos. Por ahora no existe la posibilidad de juego online.
El elenco de ideólogos contiene a sospechosos habituales: Laff y Krusher, a los micros y a la programación y gráficos respectivamente. Instrumento (musical) en mano tenemos a una nueva incorporación, el artista Anton Sapristi, que pone las melodías al juego. Entre ellas Disfraz Extraño, que viene a ser el nuevo Song 2 para esta generación. En el backstage, Chrono espera en un extraño sueño.
Así pues, ¿queréis cantar “gol en Las gaunas” o jugar con Oliver y Benji en la selección japonesa? En todo caso, se trata de pasar un buen rato al margen del maremagnum de figuras mediáticas, derechos televisivos y chiringuitos gorilescos de diversa índole.
El juego se puede descargar de forma gratuita aquí y se ofrece con licencia GPL2, basado en el código del proyecto YSoccer. Funciona en cualquier plataforma capaz de ejecutar Java, principalmente Windows, Linux y MacOS. Aún siendo una obra eternamente interminada (e interminable) nuestra promesa es ir añadiendo características, equipos y nuevos berridos en la medida de nuestras posibilidades.