Última actualización junio 16, 2020 por Javier Argudo
Sergio Martínez Ballesteros es un auténtico icono del levantinismo. El futbolista fue una de las piezas clave del ‘renacimiento’ granota allá por 2008 y lideró a un grupo que llegó a alcanzar la Europa League poco después.
Después de debutar en el conjunto granota allá por 1994, Ballesteros (por aquel entonces simplemente Sergio), hizo las maletas rumbo a Tenerife. El futbolista había llamado la atención de Jupp Heynckes, entrenador del club tinerfeño, en una eliminatoria de copa que enfrentó a club isleño y al valenciano. En aquella época, los canarios eran uno de los grandes equipos de Primera División mientras que el Levante jugaba en Segunda B.
Después de una larga trayectoria en Primera División en Tenerife, Villarreal o Mallorca, Ballesteros regresó a su casa para, como decimos, relanzar a un club que había estado al borde de la liquidación. El Levante tuvo que acogerse a la Ley Concursal para salvar el tipo y con un equipo lleno de retales, canteranos y viejas glorias (además de Sergio llegó al club un año después Juanfran) logró algo impensable: el ascenso a Primera División el año de su centenario.
La 2010-2011 no fue una campaña sencilla en la máxima categoría. El Levante seguía sin poder pagar traspasos por grandes futbolistas y tuvo que ingeniárselas para formar un grupo que peleara de tú a tú con los más grandes equipos de la Liga española.
El club de Orriols finalizó la primera vuelta como colista con sólo 15 puntos después de un inicio bastante preocupante. El Levante era candidato número uno al descenso. Sin embargo, el equipo de Luis García Plaza, el entrenador que había obrado el milagro la temporada anterior, comenzó a sumar puntos hasta lograr una increíble permanencia una jornada antes de finalizar el campeonato.
El objetivo no se logró en un campo cualquiera, ni mucho menos. El Levante arañó el punto que necesitaba en Mestalla, casa del eterno rival, en un partido que finalizó con empate a cero. Fue entonces cuando la figura de Ballesteros cobró protagonismo. Coincidiendo con el pitido final, el capitán granota estalló de júbilo. Primero casi se lleva por delante a Vicente Rodríguez (que cambió la elástica granota por la valencianista) y después se dirigió al palco de autoridades llevándose la mano a su entrepierna.
El gesto generó mucha polémica pues fue considerado como una falta de respeto por parte de un sector del valencianismo: «No tengo que pedir perdón por nada. Como ya expliqué fue un gesto dirigido a mi presidente, Quico Catalán, que se encontraba en el palco. Lo que me molesta es que se hable de eso y no de la temporada que ha hecho el Levante». Manifestó Ballesteros en diversos medios de comunicación.
El capitán granota continuó en el club y fue clave en la histórica clasificación del Levante para disputar la Europa League. También fue viral su sprint contra Cristiano Ronaldo en un partido contra el Real Madrid en el Ciutat de València. Sin duda, uno de los mejores jugadores de la historia de la entidad azulgrana.