Última actualización abril 8, 2020 por Javier Argudo
Carles Puyol ya es leyenda del fútbol en general y del FC Barcelona en particular. El capitán culé representó durante casi 20 años los valores de ese deporte de antaño del que ya no queda casi ni rastro en la actualidad.
En el Mundial de Sudáfrica 2010, España partía entre los favoritos en los pronósticos deportivos previos al evento. El equipo de Vicente Del Bosque llegaba como flamante campeón de Europa después de romper, por fin, con una racha muy negativa. El espíritu y el grupo de Luis Aragonés era prácticamente el mismo y eso se notó.
Aquel Mundial, como es lógico, tuvo sus momentos clave para el combinado español. Seguramente, si tuviéramos que elegir uno, sería el cabezazo de Carles Puyol en las semifinales contra Alemania. El defensa se alzó en el corazón del área y remató con el alma, con la fuerza de todo un país que, días después, celebraba el título de campeón gracias al gol de su amigo Andrés Iniesta.
Aquel fue uno de los broches a una carrera ejemplar. Carles Puyol era un ejemplo de lo que debe ser un capitán de un club como el Barça. Lucha, entrega, coraje y nobleza fueron algunas de sus principales cualidades dentro y fuera del terreno de juego.
Desde su debut, Puyol ya demostró que tenía ganas de comerse el mundo. Uno de sus primeros grandes momentos fue su famoso marcaje a Luis Figo el día del regreso del portugués al Camp Nou con la camiseta del Real Madrid. El luso fue completamente anulado, en parte por los más de 100.000 aficionados que se encargaron de abuchearlo durante todo el partido, pero también por el férreo marcaje de aquel joven melenudo que fue su sombra.
Pero ‘els valors’ de Carles Puyol iban mucho más allá. El futbolista nos dejó imágenes y gestos para el recuerdo. En un partido disputado en el Santiago Bernabéu, Gerard Piqué recibió el impacto de un mechero caído desde la grada. El central catalán lo recogió para mostrarlo al colegiado, pero el ‘5’ se apresuró a quitárselo y lanzarlo fuera del terreno de juego.
En Vallecas, el Barça obtuvo una victoria muy contundente. En el último gol, futbolistas como Thiago y Dani Alves comenzaron una celebración con ‘bailecito’ incluido. Ahí estaba el capitán azulgrana para recriminarles la acción y pedir respeto para la afición rival.
Del mismo modo, Carles Puyol tuvo el gran detalle de permitir a Eric Abidal y Tito Vilanova, que habían pasado una mala época por culpa de una grave enfermedad, levantar trofeos como la Liga y la Champions, algo que le correspondía a él como capitán. Donde otro hubiera querido ser protagonista, él demostró saber dar un paso al lado para ceder ese gran momento a compañeros que lo habían pasado mal.
Finalmente, a los 35 años, el catalán decidió colgar las botas. Las lesiones en su rodilla derecha acabaron lastrando una carrera más que exitosa. Había cumplido un sueño, vestir la camiseta del club de sus amores de principio a fin, rechazando ofertas muy suculentas por el camino.
Una vez retirado, confesó que el único equipo en el que hubiera jugado fuera del Barça habría sido el AC Milan, junto a uno de sus grandes ídolos, Paolo Maldini. Nos hubiese gustado verlo, sin duda.