Última actualización abril 25, 2019 por Javier Argudo
El 28 de noviembre del año 2000 se vieron las caras en Tokio el Boca Juniors y el Real Madrid en la final de la extinta Copa Intercontinental. Aquel día el planeta fútbol conoció a una nueva figura: Juan Román Riquelme.
Aquel gran torneo que enfrentaba al campeón de América y al de Europa en un partido único que solía disputarse en Japón reunió a dos gigantes del fútbol mundial. El conjunto blanco contaba con figuras de la talla de Roberto Carlos, Raúl, Figo, Guti o Hierro.
Por su parte, Boca Juniors contaba con el arquero Córdoba, Batagglia, Basualdo, Martín Palermo y Juan Román Riquelme como máximos exponentes para pelear el título.
Todo lo importante del partido ocurrió en apenas 11 minutos de juego con un inicio frenético. Boca se adelantó con dos goles de Martín Palermo después de dos pases definitivos de Riquelme (el primero de ellos a Delgado y el segundo directamente al ‘9’.
El Real Madrid reaccionó de inmediato primero con un aviso al larguero de Roberto Carlos y después con el gol del propio lateral brasileño que ponía las cosas apretadas con el 2-1. Con ese resultado ambos equipos marcharon a los vestuarios en el descanso.
El marcador ya no se movió pero hubo tiempo más que de sobra para ver una de las exhibiciones futbolísticas más notables de la historia de la Copa Intercontinental (competición que vivió una de sus últimas ediciones antes de ser sustituida por el Mundialito de Clubes).
LA EXHIBICIÓN DE JUAN ROMÁN RIQUELME
Juan Román Riquelme volvió locos a los jugadores madridistas con un repertorio de controles, pases, pisadas de balón, caños y un dominio de juego que fue clave para la victoria del equipo xeneize. Cada vez que un compañero recibía el esférico buscaba al ’10’ de Boca que lo aguantaba todo lo que fuera necesario para dejar pasar el tiempo. Un tiempo que, como es lógico, corría a favor de los argentinos para desesperación del Real Madrid.
Finalmente el equipo dirigido por Bianchi levantó la Copa para delirio de los miles de seguidores de Boca Juniors que estuvieron presentes en el estadio. Aquel 28 de noviembre de 2000 Martín Palermo puso los goles y Juan Román Riquelme el espectáculo como observamos en este vídeo.
Ambos dieron el salto a Europa poco después. El atacante fichó por el Villarreal mientras que el centrocampista llegó al FC Barcelona antes de llegar también al conjunto ‘groguet’.