Última actualización marzo 18, 2020 por Javier Argudo
El fútbol está lleno de grandes ‘palizas’ y partidos desigualados. Sin embargo, ninguno como el que supuso la mayor goleada de la historia del que hablaremos a continuación. Eso sí, su escandaloso marcador tiene truco.
La última jornada de la Final Four de la Liga de Madagascar de la temporada 2001-02 no hubiera pasado a la historia del fútbol de no ser por la polémica goleada que supuso la victoria por 149 a 0 del A.S. Adema frente al S.O. l’Emyme. El sistema de competición de la liga semi-profesional (con abrumadora mayoría de equipos absolutamente amateurs) de fútbol de la isla africana consistía en una única categoría, con una liga regular con dieciséis grupos de ocho equipos cada uno, agrupados por cercanía geográfica. Los dos primeros se clasificaban para la fase final, con partidos de eliminatoria directa de ida y vuelta hasta llegar a los cuatro semifinalistas que se disputarían el título en una Final Four (llamada “Poul des As”) jugada en forma de liguilla en el estadio municipal de Mahamasina, sito en la capital, Antananaviro.
En la penúltima jornada, el S.O. l’Emyme, campeón en la temporada anterior, se había sentido perjudicado por las polémicas decisiones del colegiado Benjamina Razafintsalama, la expulsión en el primer periodo de uno de sus jugadores y un dudoso penalti a dos minutos del final que suponía el definitivo empate a dos tantos y dejaba como campeón de liga de forma matemática al otro grande, en esos momentos, del fútbol del país: el A.S. Adema (junto con el S.O. l’Emyme, únicos equipos malgaches con algunos futbolistas semi-profesionales en sus filas).
El último partido de la “Poul des As” enfrentaba en un abarrotado estadio de Mahamasina a ambos clubes: el ya matemáticamente campeón, Adama, contra el campeón de la temporada anterior y con arbitraje nuevamente de Benjamina Razafintsalama, lo que provocó a indignación de la directiva, jugadores , aficionados y entrenador del equipo de l’Emyme. La reacción de éste último, Ratsimandresy Ratsarazaka, fue ordenar a sus futbolistas marcar goles, en señal de protesta contra su propia portería.
Y así hicieron, nada más señalar el pitido inicial, sacó del centro del campo el capitán del equipo de l’Emyme y rápidamente un compañero corrió hacia su propia portería marcando en propia puerta, con el consiguiente estupor de los miles de espectadores que abarrotaban las gradas del principal estadio de la capital de Madagascar. Así hicieron 149 veces, todos los goles en propia puerta y obra únicamente de tres jugadores: Razafindrakoto, «Nakata» y Tolojanahary.
Se produjeron incidentes entre los aficionados de ambos clubes en la grada, la policía tuvo que intervenir, y también en las taquillas, donde numerosos aficionados se agolpaban exigiendo la devolución del importe de la entrada ya antes de que finalizara el primer tiempo. El escándalo se saldó con duras sanciones: tres años para el entrenador del S.O. l’Emyme, y un año para el portero Dominique Rakotonandrasana y para los tres futbolistas antes citados que anotaron en su propia portería. También se destituyó al presidente del Colegio Nacional de Árbitros de Madagascar y al Ministro de Deportes del país, René Ndalana. Pero el resultado quedó inamovible y se dio por válido, convirtiéndose en la mayor goleada de la historia del fútbol. Un récord más que difícil de batir: un gol cada 38 segundos.