¿Por qué al fútbol italiano se le llama Calcio?

¿Por qué al fútbol italiano se le llama Calcio?
Italia, uno de los países más futboleros del mundo (Pinterest)

En España decimos fútbol, en Alemania Fußball, en Inglaterra y Francia comparten aquello de football, pero en Italia, por mucho que su idioma se parezca al que hablamos en la piel de toro, dicen calcio. Y lo mejor de todo es que nadie se pregunta el porqué. “Este año el calcio italiano va a ser espectacular” o “el calcio tiene su aquel porque dan muchísimas patadas” son frases comunes entre unos futboleros españoles o latinoamericanos que no caen en el hecho de que calcio, simple y llanamente, significa patada. Es como si en Inglaterra dijeran kick en lugar de football, tal cual, pero la explicación del término hunde sus raíces en un periodo en el que el fútbol tal y como lo conocemos hoy no era ni siquiera un pensamiento lejano.

Hemos de remontarnos a la época de la República romana, donde no había ni Tottis ni Di Canios, pero sí Escipiones y Pompeyos. En un periodo en el que los senadores discutían sobre el futuro de Roma, los legionarios eran la punta de lanza de un ejército que aspiraba a romanizar toda tierra que le pusieran por delante; pero para conquistar, hay que entrenar. Así, un juego denominado harpastum, en el que los legionarios se enfrentaban entre sí con el objetivo de llevar una pelota al otro extremo del campo, sirvió como preparación física de unas tropas que se veían enroladas constantemente en campañas bélicas.

Este juego se popularizó entre los legionarios romanos hasta tal punto que muchos seguían jugándolo tras la jubilación. Eso ocurrió en la villa de Florentia, fundada en el año 59 a. C. por legionarios jubilados, y lugar en el que el harpastum experimentó una curiosa evolución. A medida que este juego/entrenamiento fue desapareciendo en el resto de los confines del territorio romano, en Florencia arraigó especialmente, tendiendo a una nueva forma de jugar en la que los pies tenían mucho más protagonismo que las manos. Es decir, pasaron los años, se jugó cada vez más, pero en lugar de agarrar el balón con las manos comenzaron a darle patadas. Me imagino una conversación entre dos jugadores de aquel harpastum que cada vez se parecía menos al que jugaban los fundadores de Florencia: ¿Patadas? ¿Y si ese es un buen nombre para este juego ahora que ya no es como antes? De acuerdo, deja atrás el harpastum y vamos a empezar a llamarle calcio.

Y durante siglos se jugó al calcio en Florencia. Daba igual la edad y la clase social, todo florentino de bien jugaba a este deporte que había evolucionado desde la época de Roma. De hecho, en las calles de la ciudad siguen existiendo algunas placas que prohíben el juego de pelota, lo que demuestra que se trataba de una actividad fuertemente implantada en la sociedad florentina. Se jugó sobre el río Arno en un año de 1490 tan frío que se congelaron las aguas, incluso se disputó un partido cuando en 1530 las tropas imperiales de Carlos V tenían sitiada la ciudad; pero al igual que ha ocurrido con el coronavirus, el calcio se vio interrumpido por un brote de peste que arrasó la ciudad en 1631. La práctica de un deporte que implicaba contacto físico fue suspendida por la distancia social que requería la peste, y poco a poco fue desapareciendo del imaginario colectivo de los florentinos, no llegando a jugarse un partido en prácticamente 300 años.

Pero el fascismo llegó a Italia con Mussolini a la cabeza, y en la mente del dictador, más allá de someter a todo el que pensara diferente, también estaba presente la idea de recuperar las glorias del pasado italiano, y entre ellas, asomó la cabeza el calcio, ahora apellidado storico. En 1930 se organizó un partido de calcio storico siguiendo las pautas de aquel encuentro que tuvo lugar en 1530 con la ciudad sitiada. Las calles se engalanaron, los calcianti se vistieron con las ropas que los florentinos vestían cinco siglos atrás y el calcio renació en Florencia por todo lo alto. De hecho, a pesar de la interrupción provocada por la II Guerra Mundial, a día de hoy la bella ciudad de la Toscana se engalana cada mes de junio para organizar un torneo de calcio storico en el que los cuatro barrios tradicionales de Florencia se enfrentan entre sí y reviven un juego que forma parte de la historia de su ciudad.

No obstante, no debe pensarse que el dictador italiano fue el responsable de que el calcio volviera a las calles de Florencia. Nada más lejos de la realidad, el 1 de mayo de 1898 llegó a jugarse un partido en las calles florentinas que sirvió para demostrar que el recuerdo de aquel deporte no se había borrado por completo. Lo curioso es que una semana más tarde tuvo lugar en Turín el primer Campeonato de Fútbol Italiano, el cual fue conquistado por el Genoa. Los organizadores y periodistas que cubrieron aquel partido no utilizaron en una sola ocasión la palabra calcio, sino el término football. De hecho, la Federación italiana, fundada también en 1898, en un primer momento utilizó el nombre de football, manteniéndolo hasta el año 1911, cuando se transformó en la Federazione Italiana Giuoco Calcio. La relación es clara. Cuando el fútbol desembarcó en Italia mantuvo durante un tiempo su nombre inglés, pero a medida que pasaban los años y el balompié se asentaba, al mismo tiempo que resurgía el recuerdo del calcio storico, el pueblo italiano se encargó de buscar relación entre ambos.

De este modo dejaron de lado un anglicismo que no significaba mucho en aquel momento, y tomaron como propio el nombre de un deporte que llevaba siglos formando parte de la sociedad italiana. Fue así como se produjo el hecho que condujo a que hoy, cuando hablamos del fútbol italiano, la gran mayoría no sepa que al decir calcio no solo estamos diciendo “patada”, sino que estamos reviviendo un deporte más antiguo que la propia Florencia.

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