Última actualización abril 12, 2020 por Javier Argudo
Nos ponemos serios para recordar este trágico suceso ocurrido un 15 de marzo de 1992 en el estadio de Sarrià, antigua casa del RCD Espanyol de Barcelona.
Ese día se disputaba el encuentro entre el conjunto local y el Cádiz CF de la Primera División española. Justo antes de comenzar el partido, coincidiendo con la salida al terreno de juego de ambos conjuntos, un energúmeno disparó una bengala de avisos marítimos desde la tribuna del estadio que llegó al fondo e impactó en el pecho de un niño de 13 años, Guillem Lázaro, que iba esa tarde a un partido de fútbol por primera vez.
A pesar de los esfuerzos de su padre, que sufrió quemaduras en las manos al intentar sacar el proyectil del pecho de su hijo, Guillem acabó muriendo de camino al hospital. Aunque parezca increíble, el partido se jugó a pesar de todo y el Espanyol venció 3-1. Los medios se hicieron eco de la noticia que conmocionó el mundo del deporte español.
Franco Vila, autor del lanzamiento de la bengala, apenas estuvo unas semanas en prisión y finalmente, el juez decidió que el RCD Espanyol debía indemnizar con 40 millones de pesetas a la familia del niño fallecido como responsable civil subsidiario. A partir de entonces quedaron prohibidas las bengalas en los estadios.
Es triste que tuviera que ocurrir una tragedia de tal magnitud para que llegara esta prohibición aunque todavía hoy en día, sigamos viendo a cafres que insisten en meter este material en un estadio.
En el Estadio de Sarrià se vivieron noches mágicas y días de gloria. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que se trata del campo más especial para toda la afición perica, sin embargo, también conviene recordar este trágico suceso para tratar de evitar que se vuelva a repetir.