Última actualización agosto 5, 2020 por Javier Argudo
Roberto Baggio es uno de los mejores futbolistas italianos de todos los tiempos. El jugador vistió la camiseta de grandes clubes (Fiorentina, Juventus, Milan, Inter…). Sin embargo, su carrera estuvo marcada por algunas lesiones que le impidieron rendir al 100% desde bien pronto.
Precisamente, en una entrevista a La Gazzetta dello Sport, el crack italiano confesó que lo pasó realmente mal después de pasar del Vicenza a la Fiorentina en 1985: «En mi primer año en la Fiore tuve una lesión de rodilla muy grave. Me pusieron 200 puntos y el dolor era insoportable. En ese preciso momento le llegué a decir a mi madre que si me quería, me matara». En aquella época, además, el jugador abrazó la religión budista, que le sirvió para superar su difícil situación.
A pesar de todo, Roberto Baggio logró ser el jugador franquicia del conjunto viola. De hecho, la afición lo considera uno de los mejores futbolistas que ha vestido la camiseta del club en toda la historia: «Jugué gran parte de mi carrera con dolor. Me acostumbré a ello y lo cierto es que logré grandes éxitos tanto a nivel individual como colectivo».
En efecto, Baggio levantó una Liga, una Copa y una Copa de la UEFA con la Juventus así como un segundo campeonato liguero con el Milan. Además, fue nombrado Balón de Oro en 1993. Un año después, en el verano de 1994, fue finalista del Mundial de Estados Unidos, sin embargo, Brasil se hizo con el título en la tanda de penaltis en la que, precisamente, Roberto Baggio erró el lanzamiento definitivo.
EL FICHAJE DE BAGGIO POR LA JUVENTUS
El propio Baggio mostró su agradecimiento a la afición de la Fiorentina en aquellos duros momentos de 1985: «Siempre recordaré el apoyo de la hinchada. Todos los meses de recuperación de aquella lesión me animaron y fueron muy importantes para mí».
Sin embargo, el fichaje de Baggio por la Juventus fue entendido como una traición. El jugador culpó a la directiva de falta de claridad en la negociación: «Ellos me culparon de aquello y la gente les creyó. Querían venderme porque la oferta de la Juventus era muy buena y no me consideraban una pieza clave en el proyecto deportivo».
Quien sabe lo que hubiera logrado si las lesiones le hubieran respetado un poco más. Problemas en el menisco y en el tendón de la rodilla derecha y una nueva rotura de cruzado, esta vez en la izquierda, en el año 2002 cuando militaba en las filas del Brescia, donde colgó las botas de forma definitiva.