Última actualización mayo 11, 2020 por Javier Argudo
Ventura Rodríguez fue el encargado de diseñar ambos monumentos en tiempos de Carlos III. Cibeles y Neptuno llegaron a Madrid en forma de fuentes y, en la actualidad, son los puntos de encuentro para festejar los triunfos madridistas y atléticos respectivamente. Sin embargo, aunque pueda sorprender en la actualidad, en un principio intercambiaron sus colores.
Tal y como explica Alfredo Relaño en su artículo de El País «Cuando Cibeles era atlética y Neptuno madridista», ambos monumentos intercambiaron sus papeles. Debemos remontarnos unos cuantos años para encontrar evidencias de ello. En 1953, el Atlético celebró sus bodas de oro (50º aniversario) y organizó un torneo cuyo trofeo era… una diosa Cibeles. El campeón fue el Athletic Club de Bilbao y dicho trofeo descansa en las vitrinas del club vasco hoy en día.
Por su parte, en 1977, el Real Madrid celebró su 75º aniversario. En esta ocasión, el alcalde de la ciudad, Juan de Arespacochaga, hizo entrega al club de una reproducción de Neptuno en plata de ley. Ambos ejemplos dejan bien a las claras la vinculación de uno y otro club con los monumentos intercambiados con respecto a la actualidad.
¿Por qué el Madrid festeja en Cibeles y el Atleti en Neptuno?
Entonces, ¿por qué los aficionados madridistas festejan sus éxitos en Cibeles y los colchoneros en Neptuno? El momento en el que esto cambió fue en el año 1986. España disputaba el Mundial de México y afrontaba un partido muy complicado contra la Dinamarca liderada, entre otros, por Michael Laudrup. Aunque los daneses se adelantaron en el marcador, el combinado español logró remontar y ganar por un contundente 5-1.
La gran estrella de aquel partido fue Emilio Butragueño que anotó 4 goles. Aquel equipo estaba integrado, en gran parte, por futbolistas del Real Madrid y fueron muchos los aficionados que se echaron a la calle para celebrar el triunfo. Conviene aclarar que eran días de muchísimo calor en Madrid y algunos aprovecharon para darse un baño en la fuente de la Cibeles.
De esta forma, de alguna manera, aunque se estaba celebrando una victoria de España, los goles de Butragueño, estrella del Real Madrid, y el hecho de que aquel equipo estuviera integrado por muchos madridistas (la Quinta del Buitre casi al completo) lo convirtió en un acto un tanto merengue.
Así fue como, poco a poco, las victorias de los dos grandes equipos de la ciudad fueran celebradas en Cibeles (por los madridistas) y en Neptuno (por los rojiblancos). Aquellos goles de ‘El Buitre’ pudieron ser claves de esta división que hoy en día tenemos tan asumida. Sin embargo, conviene recordar que, en un principio, las cosas fueron bien distintas.