Última actualización octubre 13, 2024 por Alberto Llopis
En los años 90, el fútbol experimentó una evolución táctica significativa que definió una era. Uno de los aspectos más influyentes fue el uso del líbero en los equipos defensivos, una posición que se convirtió en el pilar de muchas estrategias exitosas.
Esta figura, que actuaba como último hombre, fue esencial para los equipos que buscaban no solo defender de manera sólida, sino también crear juego desde la retaguardia. En esta década, el líbero alcanzó su máxima expresión, marcando el estilo de juego de muchos clubes y selecciones que optaron por tácticas conservadoras, pero altamente efectivas.
¿Qué es un líbero?
El líbero, del italiano que significa «libre», es un defensor que se sitúa detrás de los zagueros centrales, actuando como una barrera adicional para cortar cualquier ataque del rival. Su papel no se limitaba solo a defender; también era clave en la construcción del juego, ya que muchas veces poseía una gran técnica y visión de campo para lanzar contraataques rápidos o distribuir el balón con precisión.
En los años 90, esta posición se perfeccionó hasta el punto de que algunos de los equipos más defensivos del mundo construyeron sus esquemas alrededor del líbero, asegurándose una solidez defensiva inquebrantable.
Los equipos defensivos y el uso del líbero en los 90
Durante los 90, varios equipos adoptaron un estilo de juego basado en el Catenaccio o variantes del mismo, con un enfoque claro en mantener una defensa sólida. El líbero era clave en esta táctica, proporcionando una cobertura adicional y ayudando a neutralizar a los delanteros rivales con su lectura del juego.
Italia: El rey del líbero
Ningún país utilizó el líbero con tanta maestría como Italia. La Serie A fue el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de esta posición, y en los 90, el fútbol italiano se caracterizó por su rigidez defensiva y la importancia de este rol. Equipos como la Juventus, el AC Milan, y el Inter de Milán tenían líberos que dictaban el tempo del partido desde atrás.
Uno de los ejemplos más icónicos fue Franco Baresi, líbero del AC Milan, que lideró una de las defensas más temidas de Europa. Baresi no solo era un defensor infranqueable, sino que también era capaz de iniciar jugadas de ataque con su exquisita distribución del balón. Su capacidad para anticipar el juego le permitió destacar en un equipo que marcó la pauta del fútbol defensivo de la época.
Alemania: La herencia de Beckenbauer
Si bien Franz Beckenbauer popularizó la posición de líbero en los 70, su influencia se extendió hasta los 90. La selección alemana, famosa por su solidez táctica, continuó utilizando líberos en su esquema defensivo. Matthias Sammer, uno de los grandes líberos de la década, fue fundamental en la victoria de Alemania en la Eurocopa de 1996. Su versatilidad, permitiéndole tanto defender como avanzar al ataque, hizo de Sammer un jugador completo que encarnaba el espíritu de la posición.
Argentina: El estilo sudamericano
En Sudamérica, la posición de líbero también encontró un terreno fértil, especialmente en equipos que buscaban combinar la garra defensiva con el talento técnico. Oscar Ruggeri, uno de los grandes defensores argentinos, actuó en muchos partidos como un líbero, aportando tanto en defensa como en la salida de balón, convirtiéndose en un referente del fútbol argentino en los años 90.
Líberos icónicos de los 90
Los inicios de los años 90 vieron emerger a algunos de los líberos más icónicos de esta época. Entre ellos, destacaron:
- Franco Baresi (AC Milan, Italia): Un verdadero maestro de la posición, considerado uno de los mejores defensores de todos los tiempos. Baresi era famoso por su capacidad para leer el juego y su precisión en los pases largos.
- Matthias Sammer (Borussia Dortmund, Alemania): Ganador del Balón de Oro en 1996, Sammer fue una pieza clave en la Eurocopa de ese mismo año, destacando por su capacidad de adelantarse a los rivales y su habilidad para transformar la defensa en ataque.
- Ciro Ferrara (Juventus, Italia): Ferrara fue uno de los defensores más confiables de la Juventus en los 90, y aunque no fue un líbero puro, en muchos partidos desempeñó este rol, brindando seguridad a su equipo.
- Ronald Koeman (Barcelona, Países Bajos): El gran defensor neerlandés fue un líbero excepcional, no solo defendiendo, sino también marcando goles cruciales, como en la final de la Copa de Europa de 1992 con el Barcelona ante la Sampdoria. No en vano, es uno de los defensas más goleadores de la historia del fútbol.
El declive del líbero
A medida que avanzaba la década de los 90 y el fútbol se hacía más dinámico y rápido, el uso del líbero fue perdiendo protagonismo. Las tácticas comenzaron a favorecer defensas más compactas, con líneas de cuatro jugadores en lugar de tres centrales y un líbero. Además, con la introducción de la regla del pase hacia atrás al portero en 1992, los equipos comenzaron a adoptar un enfoque más ofensivo, lo que también contribuyó al declive del de esta posición. Sin embargo, su influencia en el fútbol de los 90 es innegable.
El legado del líbero en el fútbol moderno
Aunque la posición de líbero ha desaparecido en su forma clásica, su influencia aún se siente en el fútbol moderno. Muchos defensores de esta parte del siglo, como Virgil van Dijk o Gerard Piqué, han exhibido características propias de esa posición, como la capacidad para anticipar jugadas, liderar desde atrás, y distribuir el balón con precisión.
Hoy en día, las tácticas defensivas han evolucionado, pero la esencia del libre —ese defensor que jugaba «libre», organizaba el juego y era el último bastión de la defensa— sigue viva en el corazón de los equipos que valoran tanto la solidez defensiva como la capacidad de construir juego desde atrás.
El uso del líbero en los equipos de los 90 fue una tendencia que marcó una era dorada en el fútbol mundial. Equipos y selecciones que adoptaron esta posición lograron destacarse por su solidez defensiva y su capacidad para neutralizar a los mejores delanteros del momento.
Aunque hoy en día el «libre» tradicional ya no es común, su legado sigue presente en la forma en que se concibe el rol de los defensores en el fútbol actual. Los años 90 fueron, sin duda, el escenario ideal para que esta posición alcanzara su apogeo y dejara su marca en la historia del fútbol.