Última actualización marzo 25, 2024 por colgadosporelfutbol
Leo Messi milita, en la actualidad, en el equipo francés PSG, donde comparte vestuario con algunas de las mayores estrellas mundiales. Tal vez este no haya sido su mejor año como profesional, al haber sido apeado de la Champions, el título ansiado por su club; pero, sobre todo, su rendimiento palidece al compararse con el que tuvo en su equipo de toda la vida, el FC Barcelona, en el que debutó en su primer equipo a los 17 años, allá por el 2004.
Antes de eso, un Leo pre adolescente empezaría a jugar en “La Masía”, el centro para categorías inferiores de la entidad barcelonesa, tras haber firmado un contrato con él en una servilleta. El motivo de elegir esta modalidad fue la urgencia de ficharle que mostró Carles Reixach, el cual se había quedado prendado del talento de este joven al verlo jugar en un partido de prueba, donde dio grandes destellos de su enorme calidad. Era 14 de diciembre del año 2000 cuando se realizó la rúbrica en aquel pequeño pedazo de papel. Había nacido una leyenda. Hoy ese documento no tiene precio (o, al menos, su actual dueño no tiene intención de venderlo).
Nadie le puede negar a “Charly” Reixach la increíble visión de futuro que tuvo con aquel joven argentino. Años después, atesora siete premios al Balón de Oro y se ha alzado con más de una cuarentena de títulos, incluyendo Ligas de Campeones, una Copa América, Supercopas, y muchos más. Con Argentina ya clasificada para el Mundial de Qatar, esa copa sería un galardón soñado y un increíble broche para su carrera. Por lo pronto, ya existen apuestas en los portales de pronósticos para los partidos que vendrán; y los aficionados lo tienen muy claro de cara a su primer emparejamiento, que será con Arabia Saudita: ven a la albiceleste despachando sin problemas a su rival.
Pero volvamos a la historia de la servilleta. En septiembre del año 2000, Horacio Gaggioli, representante de jugadores y asociado con el prestigioso Josep María Minguella, recibió a Messi y a su padre en el aeropuerto del Prat cuando llegaban de Buenos Aires. Gaggioli se puso en contacto con Reixach para que le hiciese una prueba al joven de Rosario. Probablemente, esa era, en aquel momento, una petición de tantas que recibía el entonces secretario técnico del FC Barcelona. Pero “Charly” accedió y, tras algunos entrenamientos con los infantiles, Leo participó en un partido de prueba en el Miniestadi en presencia de Reixach, que se quedó absolutamente admirado por el ingente talento de aquel jovencito. Concretamente, tras un improperio en catalán, exclamó “¡Hay que ficharlo ya!”. No era para menos: jugó sólo media parte y marcó 6 goles, más otras tantas ocasiones de peligro.
“La Pulga” y su padre volvieron a Argentina, pero “Charly” no se olvidó de lo que había visto en aquel partido. Por ello, y siempre con miedo de perder la oportunidad de contar con aquella futura estrella para el Barça, en apenas dos meses se reunió con Gaggioli y Minguella en Club de Tennis Pompeia para hacerles una oferta, dado que ellos tenían la representación del jugador. Dicha oferta, convencido de que el tiempo era oro, se plasmó en una servilleta. La prioridad era que se tuviese claro que existía una voluntad firme por parte del club. El texto fue el siguiente: «En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas».
Su familia, al recibir la noticia, aceptó la oferta, consciente de las grandes oportunidades que se abrían para el joven aquí en Barcelona a muchos niveles. Desde su debut con el infantil B, su ascensión ya fue meteórica, hasta llegar a su debut con el primer equipo. En mayo de 2005 llegaría su primer gol en primera división, contra el Albacete; desde entonces se sucederían las gestas y los títulos conseguidos, incluidos los tan consagrados “tripletes”. Así como, también, los prestigiosos galardones individuales y los reconocimientos a nivel internacional. Todo empezó con una simple servilleta, pero su estrella va a brillar mucho tiempo, al igual que su increíble legado. El FC Barcelona tiene mucho que agradecerle a Leo y también a “Charly” Reixach.