Última actualización mayo 27, 2020 por Javier Argudo
Diego Armando Maradona levanta pasiones allá donde va. Hoy recordaremos un episodio que tuvo lugar en la final del Mundial de Italia ’90. La pitada al himno de Argentina con la reacción del capitán de la albiceleste incluida.
Argentina comenzó su andadura en aquella Copa del Mundo con mucho sufrimiento. La afición italiana pronto se mostró en contra de la albiceleste a la que veía como un rival serio en la lucha por el campeonato. De hecho, ya en el primer partido entre argentinos y cameruneses en Milan, el público apoyó claramente a los africanos y ya se produjo una primera pitada al himno de Argentina.
Maradona sabía que tenía que hacer algo para darle la vuelta a la situación. ‘El Pelusa’, que era un Dios en Nápoles, hizo unas declaraciones en la previa de las semifinales que enfrentaban, ni más ni menos, que a Italia y a Argentina: «Le piden a los napolitanos que sean italianos por una noche, mientras que los otros 364 días les insultan y menosprecian».
Italia alcanzó las semifinales disputando todos sus partidos en Roma. Allí, la azurra se mostró intratable. Sin embargo, ahora tenía que enfrentarse a Argentina en el Estadio de San Paolo, la casa del Nápoles, la casa de Maradona: «Me disgusta que ahora todos les pidan a los napolitanos que sean italianos y que alienten a la Selección… Nápoles fue marginada por el resto de Italia. La han condenado al racismo más injusto».
Las palabras de Maradona surtieron efecto. Argentina logró el pase a la final eliminando a Italia en la tanda de penaltis. Los futbolistas y el técnico italiano, Azeglio Vicini, afirmaron que no se habían sentido del todo apoyados en ese partido. Para empezar, el himno de Argentina no fue pitado antes de empezar. Además, durante el choque el público se mostró dividido.
Sin embargo, la final entre Argentina y Alemania tuvo como sede Roma. De nuevo, los italianos, escocidos por la derrota en semifinales y especialmente enfadados con Maradona, apoyaron fervientemente a los alemanes. Fue entonces cuando se produjo la famosa pitada al himno de Argentina. Maradona esperó a que la cámara le enfocara: «Hijos de puta, hijos de puta«.
Alemania ganó aquella final con un gol de penalti anotado por Andreas Brehme. Maradona se quedó a las puertas de un segundo Mundial y, a partir de ahí, entró en una espiral de autodestrucción. Poco después dio positivo por cocaína y tuvo que abandonar la liga italiana.