jueves, noviembre 21, 2024

El Bayern Múnich, de jugar en segunda división a ganar su primer título europeo

Última actualización octubre 2, 2023 por colgadosporelfutbol

Si les nombro al Bayern Múnich a todos se les vendrían a la cabeza los títulos, las grandes finales, sus históricos jugadores o directores técnicos, en fin, todo lo que engloba ser uno de los clubes más grandes del mundo. Pero no siempre al club bávaro se lo relacionaba con estos términos, ya que hasta mediados de los años 60 era club que casi no contaba con títulos en sus vitrinas, e incluso no fue invitado a disputar el primer año de la Bundesliga por sus pobres actuaciones en los campeonatos alemanes previos.

Por lo tanto, en este articulo voy a describirles como el Bayern logró pasar de estar en segunda división alemana a ganar su primer título europeo y sentar las bases para los triunfos que conseguirían en los 70, en solo 3 temporadas.

Primero hay que entender como era el campeonato alemán previo a la Bundesliga. En 1945 (al finalizar la segunda guerra mundial) inició un formato que se mantendría hasta 1963-64. Este formato consistía en dividir el país en 5 regiones, y que los campeones de cada región clasificarían a una fase siguiente donde jugarían entre ellos para definir al campeón del fútbol alemán.

En este formato el Bayern Múnich no ganó ni un título de Liga, ni siquiera pudo conseguir clasificar a la siguiente fase, puesto que su región estaba dominada principalmente por el Stuttgart y el Nürenberg. Y el único título oficial que levanto en esos casi 20 años fue una DFB-Pokal, en el año 1955.

Año 1963, nace la Bundesliga

La temporada 1963/64 sería la primera Bundesliga de la historia, formado por 16 equipos, y aunque sea difícil de imaginar, el equipo bávaro no se encontraba entre ellos.

Permaneció en segunda durante las primeras 2 temporadas, sin embargo, nadie se imaginaba el proyecto que tenían entre manos. En 1963 llegaba el técnico yugoslovado Zlatko Čajkovski y, junto con él, empezarían a tener protagonismo una generación de canteranos difícil de superar: Franz Beckenbauer, Sepp Maier, Franz Roth y Georg Schwarzenberg como los más destacados.

No contentos con todo este talento decidieron contratar para la temporada 64/65 a un jovencito que se encargaba de romper redes en la séptima división alemana, ese joven era Gerd Müller. Los jugadores nombrados formarían parte esencial del Bayern Múnich que sería tricampeón de Europa a mediados de los 70. Con los protagonistas ya presentes había que ver de que estaban hechos.

El resultado fue el ascenso en la temporada 65-66 con números tremendos. El Bayern Múnich salió primero en su región marcando 146 goles en 32 partidos (sí, leyeron bien, 146) y clasificó a otro grupo conformado por 4 equipos, quien saliera primero subiría de forma directa a la Bundesliga. Ganaron 4, empataron 1 y perdieron 1.
Así el equipo ascendió por primera vez a la primera división con un equipo plagado de jóvenes, pero con calidad de sobra y lo demostraron en su primer año en la élite.

En su primera temporada en la Bundesliga -65/66- lograron un sorpresivo 3er puesto. Pero sin dudas los más destacado de la temporada fue la obtención de la DFB-Pokal de esa temporada, venciendo en la final al Meidericher SV por 4-2 con una gran participación de Sepp Maier.

El Mundial de Inglaterra 1966

Al finalizar esa temporada se disputó la Copa del Mundo de 1966 en Inglaterra, en el cual Alemania consiguió llegar a la final contra el país anfitrión, donde perdieron con aquel recordado gol fantasma. Sin embargo, hubo un joven de 20 años que sorprendió al mundo, con su talento, capacidad para ser trascendente en ambas áreas, su visión y su clase.

Estamos hablando de Franz Beckenbauer, que disputó todos los partidos de Alemania en aquel Mundial, marcando 4 goles y jugando en la posición de mediocampista, algo que modificaría en el Bayern ya que formaba parte del medio de la zaga.

En la temporada 66/67 estos jovencitos que habían irrumpido en la élite del fútbol alemán seguirían haciendo de las suyas. Sobre todo, un delantero histórico tuvo una explosión increíble, estamos hablando de Gerd Müller que esta temporada marcó 28 goles en 30 partidos de Bundesliga, 7 en 4 partidos de DFB-Pokal y 8 en 9 partidos en la Recopa de Europa. 43 goles en 45 partidos, 22 años, una locura.

En la Bundesliga bajaron al puesto 6, el cual no está nada mal ya que disputaban triple competencia. En la DFB-Pokal de esa temporada volvieron a consagrarse campeones, ganándole la final al histórico Hamburgo de Uwe Seeler por 4-0. Entre los delanteros del Bayern (Muller y Ohlhauser) marcaron 9 goles en los 4 partidos de la competencia. Y así el conjunto de Munich conseguía en dos años la misma cantidad de título que en los últimos 30.

La Recopa 1966-67: El primer título europeo de la historia del Bayern de Múnich

A su vez la obtención de la DFB-Pokal de la temporada 65/66 les permitía disputar la antigua Recopa de Europa (disputada por todos los campeones de las copas nacionales -Copa del Rey, FA Cup, Copa de Italia, etc.) y no desaprovecharían la oportunidad en su debut en un torneo continental.

En la primera serie les tocaría viajar a Checoslovaquia, para disputar el pase los octavos de final contra el Tratan Presov. En la ida, de visitante, el resultado fue 1-1. En la vuelta los alemanes sellarían su pase a la siguiente ronda ganando 3-2 gracias al doblete de Gerd Muller y el tanto de Dieter Brenninger.

En los octavos el sorteo decidió que jugasen contra el campeón de la copa de Irlanda, Shamrock Rovers, y que nuevamente definan la serie de local. El resultado fue idéntico al de la serie anterior, 1-1 en la ida y 3-2 en Alemania, con goles de Muller, Ohlhauser y Brenninger.

Ya metidos entre los 8 mejores el rival a batir esta vez era el Rapid Viena, en el partido de ida, en Austria, los alemanes cayeron por la mínima, lo que los obligaba a ganar en casa y no defraudarían, ya que vencieron por 2-0 en el tiempo extra, gracias a los goles de Muller y Ohlhauser.

Para llegar a la ansiada final debían vencer al conjunto belga Standard de Lieja y por primera vez en el torneo tenían la posibilidad de jugar el primer partido de la serie en casa, cosa que aprovecharon venciendo por 2-0 con goles de Muller y Kupferschmidt. Con medio boleto al partido final igualmente había que ir a sentenciar el trámite a Bélgica, donde no dejaron dudas de su nivel ganando por 1-3 con un hattrick del Torpedo Muller que llegaba a 8 goles en la misma cantidad de partidos en su debut europeo.

La final contra el Glasgow Rangers

Así el Bayern Munich se clasificaba para el partido definitorio, del otro lado iba a estar el Rangers de Glasgow, que, si bien hoy parecería un rival menor, en ese entonces el fútbol escocés estaba en su punto máximo de nivel, tal es así que esa misma temporada el Celtic ganaría la Copa de Europa, pero esa es otra historia.

El camino de los escoceses había sido algo más complicado que el de los germanos, ya que eliminaron al Borussia Dortmund (campeón de la edición anterior), Zaragoza y Slavia Sofia. Pero los alemanes tenían suerte de poder disputar el partido definitorio en su propia ciudad, ya que la final se disputó en el Städtisches Stadion, casa de su rival, el TSV Munich 1860, una oportunidad inmejorable.

La final enfrentó dos estilos de juego totalmente distintos y eso se notó rápidamente en el partido, los escoceses tenían un estilo propio al de ese país en esa época, mucho más asociativo, paciente, con la incorporación al ataque de jugadores de todas las posiciones.

A su vez el Bayern formaba con un 1-3-3-3, una formación que había saltado a la fama en el catenaccio de esa década. Con Beckenbauer como líbero y último hombre a la hora de defender, pero con libertades ofensivas si lo veía conveniente. La línea de 3 estaba formada por (de izquierda a derecha) Kupferschmidt, Olk (capitán) y Nowak.

Los 3 del medio eran Roth, Koulmann y Brenninger, este último tenia una función especial ya que tenía que abarcar toda la banda izquierda, algo así como lo que hoy conocemos como carrilero. Y los encargados de la delantera eran Müller, Ohlhauser (centros delanteros) y Nafziger recostado en la banda derecha. Ohlhauser tenía una función de falso 9, se encargaba de bajar a recibir balones al mediocampo mientras Müller esperaba de 9 en el área.

El mejor Bayern de Múnich de la historia

El trámite del partido fue muy complicado para el Bayern, los escoceses se hicieron con la posesión desde el primer minuto e intentaron llegar al gol de todas las maneras posibles siendo Sepp Maier quien salvó a su equipo en distintas ocasiones.

El equipo alemán no hizo pie en los 90 minutos, el mediocampo estaba muy junto a la defensa ya de por sí atrasada por lo que los delanteros quedaban muy solos y lejos. Se limitaron en centros y pelotazos poco precisos, e igualmente lograron mantener el 0-0 y así llegar a la prórroga.

Fue en esa instancia cuando los alemanes encontraron su mejor versión, y sumado al notorio cansancio del equipo rival lograron llegar al gol gracias al jugador que más peligro género en la defensa del Rangers, Ohlhauser, que bajó hasta la mitad de la cancha, demostrando su rol de falso 9 para asistir de manera perfecta a Roth que llegó al área y pudo definir de primera a pesar de la pegajosa marca del 8 rival.

La primera Recopa del Bayern de Múnich, primero de muchos títulos internacionales

Y así el Bayern alzó su primer título internacional, sin merecerlo, luego de ser sometido a defenderse durante todo el partido, como si fuera un deja-vú de lo que se repetiría en reiteradas oportunidades en los años 70’s.

Pero lo cierto es que, merecido o no, este equipo pasó de estar en segunda división a estar entre los grandes de Europa gracias a un proyecto que se basaba en darle confianza a jóvenes talentos, que plantaban cara contra cualquiera y que marcaron el camino de una institución que hoy es una de las más grandes del mundo.

Para la temporada siguiente el conjunto de Múnich consiguió el primer doblete de su historia, ganando la DFB-Pokal y la Bundesliga. A su vez llegaron a las semifinales de la Recopa de Europa, perdiendo frente al Milan. Pero lo más importante es que se habían sentado las bases que darían paso al mejor Bayern de la historia.

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