Última actualización marzo 22, 2024 por colgadosporelfutbol
El corazón retumba con los últimos minutos de ese intrascendente partido de segunda. La mano tiembla mientras compruebas una a una las variables de una columna que por momentos parece infinita. La imaginación vuela acierto tras acierto. Estás a punto llevarte un pellizco, o quizá de hacerte millonario. Estás a punto de ser el protagonista de la jornada futbolística con tu pleno al quince en la Quiniela.
Historia de la quiniela
En sus más de setenta años de existencia la Quiniela ha cambiado la vida a cientos de españoles. A miles, si pensamos en aquellos que jamás rellenaron un boleto pero que se vieron beneficiados de la política de este sorteo en sus primeros años y que ayudó a la construcción de hospitales o la financiación de los eventos deportivos más importantes de nuestro país.
En todo este tiempo ha habido tiempo para que se den decenas de curiosidades y anécdotas. Gente que pasó del anonimato al foco de la actualidad. Casualidades en el momento oportuno. Supersticiones que valieron un buen puñado de millones. Incluso ha habido tiempo para ver al caudillo festejando un pleno o a algún futbolista aplaudiendo los goles que su propio equipo encajaba.
El 14 de noviembre de 1965 es una fecha señalada para el Pontevedra C.F., el equipo alcanzaba el liderato de primera división. Todo un hito para la pequeña ciudad gallega y su humilde club de fútbol que tan solo unos meses antes había celebrado el ascenso.
“Inédito… sorprendente… aleccionador… Un recién ascendido, con el equipo más barato de España, líder de la Liga”
Diario Dicen 29 de noviembre 1963
Fueron seis las temporadas las que el Pontevedra C.F. permaneció en la máxima categoría del fútbol nacional. Caracterizado por su enorme capacidad de sacrificio, asfixió a todos sus contrarios con una fuerte presión en cualquier parte del terreno de juego. Tal era su resistencia que el equipo pasó a la historia como “el Hai que roelo”, haciendo referencia al hueso, el cual hay que roer para terminar con él. El estadio de Pasarón se convirtió en un cementerio donde se apilaron los huesos de los equipos más grandes de la liga.
Aquel equipo duro de roer encontraba en Manuel Batalla, su principal baluarte. Un “firme pilar en el eje de cobertura granate y modelo de profesional… siempre con un índice de juego tan efectivo como brillante”.
Manuel Batalla y el Pontevedra de «El Hai que roelo»
Batalla parecía estar hecho a imagen y semejanza del Pontevedra C.F., quizá por ello encajó tan bien. Un futbolista humilde con una carrera futbolística discreta. Sin demasiadas pretensiones en el mundo futbolístico y tras unos buenos años en segunda división, llegó a Pontevedra sin hacer ruido. Allí ofreció sus mejores años la “hormiga del fútbol nacional”: dos ascensos a la máxima categoría y seis temporadas en primera.
Manuel Batalla ‘El millonario’
En el verano de 1968 Manuel piensa ya en su retirada. Termina contrato cuando acabe la temporada y es el momento oportuno para decir adiós, al deportista le gusta retirarse a tiempo. Además, unos años antes había fundado una empresa y los negocios requieren su presencia. “Los negocios son los negocios, escribía Manuel María, tras una entrevista a nuestro protagonista en Mundo Deportivo, del que cariñosamente indica que “sigue siendo catalán y tiene vista comercial”. Nada hacía presagiar que el negocio redondo estaba a punto de llegar.
3 de noviembre de 1968. El destino quiso que el partido televisado de la jornada fuera el poco llamativo Real Zaragoza-Pontevedra. Será crucial para nuestra historia. En mitad de la retransmisión, el locutor Matías Prats contaba una curiosidad que terminará por ser la noticia de la jornada y de la liga: “Batalla, en el intermedio del partido nos enseñaba una quiniela que tendría 14 aciertos si este encuentro terminara en empate”.
A falta de cinco minutos el rocoso Pontevedra ganaba 0 a 2. Pero se derrumbó. Primero un gol en propia puerta y después otro, reclamado por fuera de juego, daban el empate al Zaragoza y los millones a Batalla.
Como es lógico la noticia copó las secciones deportivas del lunes. Aunque lo que hoy habría sido un sonado escándalo, entonces no se cargó con demasiados tintes de denuncia, incluso hay comprensión de que el equipo buscara el empate.
“Antes del partido nos dijimos: hay que salir a ganar este partido para como mínimo agarrar ese empate que necesito. Y mis compañeros salieron con tantas ganas que pusieron el marcador dos a cero a nuestro favor”.
Manuel Batalla. Diario As. 6 noviembre de 1968
Tal fue lo llamativo del caso que, todavía hoy, se vende –erróneamente- como el primer amaño de la historia de la liga. Es justo aclarar las suspicacias. Si bien es cierto que la sombra de la sospecha lo cubre todo al ver al propio Batalla deteniéndose casi en el área chica facilitando el remate del delantero, al comprobar las crónicas del partido parece claro que el Pontevedra lo dio todo al igual que su capitán que incluso fue evaluado con la nota más alta del partido.
Curiosamente el propio jugador catalán, con la puntuación individual obtenida en aquel encuentro, encabezó la clasificación “El jugador del año”, al jugador más regular del campeonato, por delante de Amancio, Sadurní y el resto de estrellas de la liga. Casualidad tras casualidad y con un guión que habría firmado Groucho Marx, aquella fue una tarde redonda para Batalla, quien (nunca sabremos si en agradecimiento) acabó repartiendo el premio con sus compañeros.
Si acaso para evitar habladurías y con el sambenito de “millonario” acabó renovando el contrato y jugando una temporada más. Su retiro no pudo ser como él quería y terminó con el descenso del Pontevedra del hai que roelo a segunda división.
“¿Un resultado final? Un empate no estaría mal… para nosotros, ¡claro!”
Manuel Batalla. Mundo Deportivo, 30 de noviembre de 1968