Última actualización septiembre 5, 2023 por colgadosporelfutbol
El puñetazo de Romario a Simeone fue una de las imágenes más impactantes de la temporada 1993-1994 en la Liga española. El brasileño propinó un gancho de izquierda que dejó noqueado al argentino. Obviamente, el atacante del FC Barcelona fue expulsado y recibió una sanción de 4 partidos.
El conjunto culé visitaba el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán para medirse al Sevilla FC un 16 de enero de 1994. Los barcelonistas llegaban eufóricos después de endosarle una ‘manita’ al Real Madrid (con hat trick de Romario incluido) una jornada antes. Sin embargo, para sorpresa de todos, Johan Cruyff dejó al brasileño en el banquillo de inicio.
«Después de marcar 3 goles al Madrid es bueno para que no se le suba a la cabeza»
El propio Hristo Stoichkov, una de las estrellas de aquel Dream Team se dirigió al técnico holandés en estos términos tal y como contó años después en una entrevista a Mundo Deportivo: «¿Cómo lo dejas en el banquillo? Sácalo conmigo de inicio, metemos 2 goles y luego nos cambias». Pero Johan lo tenía muy claro: «Después de marcar 3 goles al Madrid es bueno para que no se le suba a la cabeza. En la segunda parte lo saco cabreado y marca dos goles».
Las cosas no salieron según los planes de Cruyff. Con empate a cero decidió dar entrada al crack que a los pocos minutos fue protagonista pero no por su goles. El puñetazo de Romario fue captado por el árbitro del partido y por las cámaras de televisión. Por supuesto, la acción fue portada de todos los periódicos deportivos al día siguiente y el delantero, como decíamos al inicio, fue sancionado con 4 encuentros.
«Simeone me provocó. Insultó a mi madre y dijo que yo tenía sangre de cucaracha»
Romario se marchó a Brasil con permiso del club unos días para despejar la mente. A su regreso, como es lógico, fue preguntado por esta acción: «Simeone me provocó. Insultó a mi madre y dijo que yo no tenía sangre humana sino de cucaracha. Es argentino, todos dicen lo mismo».
Cruyff fue un poco más allá en su ataque hacia el Cholo y afirmó que le entraron ganas de volver a vestirse de corto para enfrentarse a él. Por supuesto, el argentino, tampoco tuvo pelos en la lengua: «No me gusta la gente que llora a los periodistas delante de las cámaras. Habría que preguntar a Romario si no pagó conmigo el hecho de haber sido suplente. Seguramente estaba caliente por eso».
La temporada terminó de la mejor manera para el Barça que consiguió el título de campeón de Liga con un espectacular Romario que fue máximo goleador con 30 goles. Por su parte, el Sevilla de Simeone finalizó en la sexta posición que, por aquel entonces, no daba acceso a disputar competición europea.