Última actualización septiembre 25, 2023 por colgadosporelfutbol
Veinte años antes de que Japón acogiera la Copa Intercontinental (y le diera ese toque exótico que hizo tan especial el torneo) y mucho antes de que la FIFA ni siquiera imaginara la petro-organización del Mundialito de clubes, se pusieron en liza los primeros entorchados del Planeta Fútbol.
La pequeña Copa del Mundo
Un grupo selecto de poderosos empresarios de la rica Venezuela de los años 50 decidió organizar el campeonato de fútbol más glamuroso jamás soñado. Sin duda unos adelantados a su época. Hay que tener en cuenta el carácter de excepcionalidad de dicho torneo, cuando aún no se disputaba si quiera algún trofeo para clubes de carácter continental ni en Europa ni en América.
Solo se llegaron a disputar seis ediciones de la denominada “Pequeña Copa del Mundo” entre 1952 y 1957, pero sus vencedores demuestran el carácter de importancia que llegó a tener: Real Madrid (en dos ocasiones), FC Barcelona, Corinthians, Sao Paulo y Los Millonarios colombiano; el “ballet azul” que asombró al mundo con Di Stéfano a la cabeza. Y otros tantos que se quedaron con la miel en los labios: Botafogo, River Plate, Austria de Viena, Roma, Benfica, Valencia, Oporto, Vasco da Gama o Nacional.
Copa de Europa y la Copa Libertadores
El torneo consistía en una liguilla en la que se enfrentaban 4 equipos, los dos mejores de América y Europa respectivamente. En un principio los clubes eran invitados por su grado de importancia para, posteriormente y con el comienzo de la Copa de Europa y la Copa de Campeones de América (después Copa Libertadores), la victoria en ambos daba pasaporte directo para el desafío planetario celebrado en Caracas.
La propia aparición de los campeonatos continentales restó cierta importancia a este primigenio torneo mundial al que, cabe destacar, jamás se le dio reconocimiento oficial. En 1957 dejó de disputarse para relanzarse en 1963 bajo en nombre menos glamuroso de “Trofeo de Caracas” pero aún con gran capacidad de atracción y al que siguieron acudiendo los mejores clubes del mundo. Para entonces la FIFA ya había tomado buena nota del invento y en 1960 ya se había puesto en liza la primera Copa Intercontinental, aunque aún quedaría mucho para organizar un torneo similar que reuniese en una misma ciudad a los mejores clubes mundiales.
Para el recuerdo quedaron partidos en los que se enfrentaron las estrellas de ambos continentes, un regalo para la historia del fútbol que, si no hubiese sido por la decisión y el amor a este deporte de un puñado de empresarios venezolanos, jamás habría sido posible.